Un vecino denuncia la decadencia de cinco isletas ajardinadas en la confluencia de la avenida del Doctor Gálvez Ginachero con la avenida de Fátima.
Hay ciudadanos que se limitan a vivir su vida, como si el escenario el que viven, Málaga, fuera un telón de fondo del que sólo se tienen que ocupar los empleados públicos.
Existe este colectivo pero también crece cada vez más el de los malagueños preocupados por su ciudad, conscientes de que las mejoras sólo se consiguen siendo algo más que meros espectadores de la función. A este grupo de malagueños activos pertenece un conocido comerciante del Centro Histórico, ya jubilado, que vive en la avenida de Fátima y que desde la pasada Navidad contempla con preocupación desde el balcón de su casa cómo languidecen cinco parterres de zonas verdes.
Ayer, en esta misma sección, hablábamos de cómo la plaza ajardinada dedicada al pescador Matías Rodríguez Mellado tiene varias zonas que recuerdan a la estepa rusa, por los grandes claros que se abren en los jardines, en los que sólo asoman los tubos rotos del riego por goteo. El panorama es parecido en estos cinco parterres repartidos entre la avenida de Fátima y la avenida del Doctor Gálvez Ginachero, en las cercanías del veterano Colegio del Mapa. Si acaso, más que estepa habría que precisar que estos jardines recuerdan más a la tundra, pero el efecto desangelado y descuidado es el mismo.
En cuatro de ellos lo que nos encontramos es con una sucesión de rastrojos, como si sobre ellos hubieran pasado, de forma combinada, el olvido y una apisonadora. El quinto parterre, el más grande y el que debería ser el más lustroso de todos es el que da a la avenida de Fátima. Como cuenta este afable comerciante, antes de Navidad le arrancaron buena parte de las flores «y lleva tres meses así», destaca y explica que «aquí vienen los extranjeros y a mí me da vergüenza porque toman fotos». .
El resto de jardincitos lleva el mismo tiempo en este estado, cuenta.
Esta sección se puso en contacto el pasado martes con Javier Gutiérrez del Álamo, director de Parques y Jardines, que informa de que el mal estado de cuatro de los parterres, los de la avenida dedicada al Doctor Gálvez Ginachero, se debe a que han quedado aislados por los grandes topes de plástico rojo y blanco a causa de los desvíos de tráfico relacionados con las obras del metro. «Son isletas de ordenación del tráfico», aclaró.
Del estado desangelado del jardín de la avenida de Fátima cuenta que las plantas «se segaron en invierno y ahora florecerán, no se ha quitado nada».
Confiemos en que la primavera haga cambiar el aspecto tristón y en algunas zonas sólo terrizo de este último jardín. En cuanto al resto de parterres, no parece que se les prestará mucha atención mientras sigan los desvíos de tráfico y las obras del metro. Un error porque se pueden terminar perdiendo, luego habrá que gastarse dinero en recuperarlos y mientras tanto la zona perderá buena parte del encanto. Mal panorama para los vecinos.
