De la tramoya barroca y las humedades del XIX

11 Ago

Cuando los descendientes de Solesio cerraron la casa almacén de calle Granada por humedades no podían imaginar el destino actual de la mansión

Si Sevilla tuvo durante tres siglos el monopolio del comercio con América, durante un breve periodo de tiempo un pueblo tan minúsculo como Macharaviaya disfrutó del monopolio de las cartas y no nos referimos a las de amor o navegación sino a los naipes.

El genovés Félix Solesio, gracias al ministro de Indias José de Gálvez –nacido por cierto en Macharaviaya–, fue el responsable de extender la fiebre por el juego en las Américas. A tal fin se construyó una casa-almacén en la calle Granada. Don Félix, que comenzó con el negocio el año de la independencia americana murió poco antes de acabar el siglo XVIII y no pudo ser testigo, como otros contemporáneos, del paso del tiempo simbolizado por el cambio de la casaca por la levita, ni de la decadencia del negocio, simbolizada en Málaga capital por el cierre de la casa almacén por problemas de humedades a partir de 1802, según cuenta la investigadora María José Nestares en un estupendo trabajo para la revista Péndulo.

Lo que no nos hemos librado los malagueños del siglo XXI es del derrumbe de la casa almacén de don Félix Solesio. Ayer, por pura causalidad, la puerta del cascarón del fabricante de naipes estaba abierta a primera hora de la mañana y el firmante pudo otear el interior. Conviven en esta gigantesca tramoya barroca hecha con vigas el espacio asilvestrado lleno de hierbas con el acopio de materiales del solar vecino, una casa que da a la plaza dedicada al historiador cofrade Jesús Castellanos, aparte de las basuras que de vez en cuando lanzan los mandriles y que, como cuentan los vecinos, al menos se retiran de forma periódica.

Lástima que en esta preciosa mansión de los naipes las cartas nunca hayan estado sobre la mesa y la inmobiliaria Salsa y Urbanismo hayan establecido un diálogo de sordos que ha terminado en los juzgados.

El caso es que ya han pasado 12 años desde que esta empresa presentó un proyecto para construir un hotel de lujo así que en ningún momento informó de que dejaría para la posteridad, en la zona más visitada del Centro Histórico, un cascajo de semejantes proporciones.

Resulta paradójico que en el año en el que la Sociedad Azucarera Larios celebra el 125 aniversario nos deleite con este espectáculo ciertamente amargo, aunque quiera ser edificante.

Difícilmente el palacio de Solesio estará peor si pasa a otras manos. En las actuales ya sabemos lo que hay. Quién pillara el edificio en plena posesión de todos sus elementos aunque fuera con esas humedades de primeros del XIX.

Feria e industria

Un portavoz de la Asociación en Defensa del Patrimonio Industrial y las Chimeneas cuenta que propuso al alcalde a comienzos de año que una de las portadas de la Feria fuera la reproducción de la Fábrica del Tarajal, dado que 2015 es el Año Europeo del Patrimonio Industrial y Técnico. Otro año será.

Una respuesta a «De la tramoya barroca y las humedades del XIX»

  1. Que manera de destruir para no hacer nada en condiciones y dejar un solar a la buena de Dios sin saber que hacer con él. Esperemos que no haya ninguna desgracia.

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