Los discretos jardines del rey pacificador

22 Abr

Contemporáneos de los ficus de la Alameda, los jardines victorianos de Alfonso XII han salido del anonimato al completarse el cierre municipal perimetral.

En el último tercio del XVIII los Jardines de Alfonso XII, junto al Convento de la Victoria, obviamente no podían existir, pues gobernaba el tatarabuelo de Alfonso XII, Carlos III. Los planos nos dibujan una zona salpicada de árboles, diferenciada de las huertas, que estaban a la izquierda, en las actuales calles dedicadas a Fernando El Católico e Isabel La Católica.

Puede que esos árboles fueran álamos negros, chopos y naranjos, los mismos que un siglo antes jalonaban una doble hilera del compás de la Victoria, el terreno que rodeaba el convento.

El profesor Francisco Rodríguez Marín nos recuerda en su espléndida obra Málaga conventual que en el lugar que ocupan hoy los jardines había una ermita dedicada a San Roque y un pozo de época árabe.

Tras la desamortización y el derribo en 1862 de los muros del convento, en la década de 1870 comenzó a urbanizarse toda la zona. Uno de los propietarios de los terrenos, el industrial malagueño Francisco Mitjana, cedió a la ciudad la llamada plaza de Alfonso XII hacia 1875 y además la ajardinó. Por el año de comienzo de las obras, con el monarca llamado El Pacificador recién llegado al trono, tras la Restauración, el nombre de los jardines es de cajón.

Lo curioso es que una zona verde tan antigua, bastante más veterana que el Parque de Málaga y casi contemporánea de los ficus de la Alameda, nunca ha alcanzado gran popularidad, seguramente por su emplazamiento en una zona periférica de la Málaga de entonces.

Lo hemos podido ver cuando el Ayuntamiento anunció hace unos días que iba a terminar de vallarlo y ponerle puertas (nuestro Consistorio que nunca opta por la claridad del idioma español, prefiere emplear la finísima expresión «cierre perimetral», que suena digna de un altivo experto).

Tras la noticia, han sido varios los amigos que, intrigados, han preguntado al firmante por el sitio de este desconocido parque, tan desconocido para ellos como el Paseo de Salvador Rueda, que no es otro que el Camino Nuevo.

El desconocimiento es tan grande que todavía pululan informaciones en la red que resaltan el valor botánico de un Ginko biloba centenario en estos jardines, cuando el precioso ejemplar de origen chino fue talado por el Ayuntamiento en 2001, al entender que iba a durar dos telediarios y podía desgraciar a algún paseante.

Lo que sí tiene todavía este precioso jardín decimonónico, ahora totalmente cerrado perimetralmente, son varios ejemplares centenarios de grevilleas, el llamado árbol de fuego, que cuando llega su época de floración, que está muy próxima, parecen flamear en esas alturas victorianas y también falsas acacias (robinias) de edad provecta con esos racimos nudosos de flores blancas que anuncian el verano. No son muy conocidos, pero una vez visitados, los jardines de Alfonso XII El Pacificador son inolvidables.

Una respuesta a «Los discretos jardines del rey pacificador»

  1. Es un tema histórico que yo desconocía a pesar de haber pasado muchas veces por ahí por estar al lado hace años el Hospital Militar, al que yo he ido mucho por ser mi padre militar. Es muy interesante el reportaje.

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