De cómo ningunear dos barrios históricos

23 Oct

La conversión de La Trinidad y El Perchel en el ente extraterrestre «barriada Trinidad-Perchel» es la constatación del abandono de estos dos barrios

Hace ya algunos años que nuestro Ayuntamiento se sacó de la manga una expresión tan técnica como algo despreciativa: «La barriada Trinidad-Perchel». Esta denominación, que obtendría un cero en cualquier examen de cultura general sobre nuestra ciudad, ha sido elevada a categoría de dogma urbanítico.

De esta sorprendente manera, desprovistos dos de los barrios más antiguos de Málaga de sus artículos determinados (originalmente La Trinidad y El Perchel) se aprovecha para fundirlos en el mismo magma, una sola barriada (ni siquiera barrio, para dejar constancia de sus orígenes poco relacionados con las clases sociales más altas).

Así, se les despersonaliza y se convierten en una tierra de nadie en la que seguir realizando experimentos urbaníticos. Y no todos han salido bien. La prolongación de la Alameda pasó por estos lares y metafóricamente hablando, todavía no ha acabado. Lo que ha quedado en pie no está, como quien dice, en perfecto estado de revista:

El paralizado convento de la Trinidad, el perchelero y decadente Llano de Doña Trinidad, la inhóspita plaza trasera de San Pablo, los solares –tan abundantes como los lagos en Finlandia–, las viviendas sociales con un mantenimiento deficiente, el destrozado camarín barroco de la plaza de la Imagen, la olvidada colonia obrera de San Eugenio, el semiderruido convento del Carmen, en pie de puro milagro…

La inexistente «barriada Trinidad-Perchel» que se ha inventado el Ayuntamiento tiene como rasgo común el deterioro y el olvido de las administraciones, con la salvedad de la meritoria pero insuficiente semana de los patios.

Pero impera ante todo el empeño del borrón urbanístico y cuenta nueva. En El Perchel, la calle del Carmen se va a quedar como un parque temático del desaparecido barrio.

Refuerza esta sensación la información que ayer dio a conocer La Opinión: Callejones del Perchel perderá uno de sus tres enormes edificios blancos de los años 40 del siglo pasado. Por supuesto que nuestro PGOU nunca se planteó proteger estos edificios, así que es muy posible que el superviviente termine también por despedirse de este mundo, justamente porque no está en los límites del parque temático perchelero antes mencionado, lo único que quedará en pie del viejo barrio.

Ahora se entiende la maniobra administrativa de reducir estos dos olvidados barrios al ente extraterrestre Trinidad-Perchel. Pasen y derriben. Y luego olviden.

La cohorte

A primera hora de la mañana, como gárgolas vivientes, suele posarse en el techo de la plaza de toros de La Malagueta una cohorte de gaviotas que de lejos parecen garzas. Permanecen quietas un buen rato. Quién sabe si disfrutando de unas vistas envidiables y a la vez, planificando el día por delante.

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