Las artísticas barandillas de este puente levantado con gran esfuerzo en los años 20 también reciben los candados de moda. ¿Hará algo el Ayuntamiento?.
En Málaga, los puentes sobre nuestro impagable Guadalmedina relucen de candados al sol, sobre todo el del CAC. Lo preocupante, y aquí viene el motivo de estas líneas, es que la invasión candadera está empezando a tomar ya posiciones en el precioso puente de la Aurora.
Esta obra, en cuyo proyecto trabajaron entre otros el ingeniero de Caminos Manuel Giménez Lombardo, costó Dios y ayuda llevarlo a cabo. Baste decir que a la colocación de la primera piedra asistió el rey Alfonso XIII en 1921, años después visitó las obras el general Primo de Rivera y estas concluyeron en el verano de 1930.
Lo que el peatón admira sobre todo son las artísticas barandillas de hierro forjado, que fueron realizadas por La Metalúrgica, la gran fábrica del Paseo de los Tilos. Y estas hermosas barandillas son las que, piano, piano, se van llenando de candados, desde que hicieron su entrada hará unos tres años, tal y como rezan estos cacharros. La cosa es dónde habrán ido a parar las llaves, porque el cauce del río no suele ser un festival de aguas rugientes.
«Te quiero», «Porque te di nuestro primer beso y no te daré el último hasta la muerte», «Sami y María», «Javi y María» (¿la misma), «Brian y Alba»… las parejas de novios y las promesas eternas avanzan por la barandilla artística.
Si nuestro Ayuntamiento continúa con la misma pachorra que hasta ahora, en unos años el puente lucirá totalmente revestido de amores y con la misma estabilidad que el parisino. Sólo hay que esperar unos años.
Octubre en málaga
Picasso Pantocrator.