Repaso a 2013 o del peligro de tener políticos en las instituciones

7 Ene

Cuando los franceses inventaron la moderna administración pública, poco podían imaginar que en España el modelo galo se iba a aderezar con más políticos y cargos de confianza que hijos tiene una araña. Desplazados los funcionarios profesionales de los cargos clave y sustituidos por un pujante aparato del partido y aledaños, en 2013 se han dejado sentir en Málaga los estragos del vandalismo institucional, incrementado por unas inoportunas colaboraciones entre la Junta y el Ayuntamiento. El único alivio con peso, la promesa del Centro Pompidou.

Si rastro del pasado militar o la insensibilidad de la Junta de Andalucía

Fue casi a comienzos de año cuando la Junta, con la fuerza de un ciclón administrativo, demolió todo rastro militar en el convento de la Trinidad. No hubo compasión para los vencidos, por eso no atendió ninguna petición de los más de 200 colectivos malagueños que le pedían que reconsiderara barrer siglo y medio de presencia militar. No tuvo ni el simbólico detalle de dejar en pie un pabelloncito exento que en nada empañaba al convento trinitario. Al enemigo ni agua.

Horizonte interrumpido, diculpen las molestias o cómo elevar hasta el cielo los índices de incompetencia

Hace un año los malagueños podían disfrutar del horizonte en las playas de La Caleta y La Malagueta. Ahora es imposible. Una conjunción de genios de la estrategia administrativa que sólo se repite cada mil años ha hecho posible que se levanten siete supuestos chiringuitos cuyo porte recuerda al del palacio de Cnosos. Costas y en mayor medida la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento hicieron posible este milagro de coordinación, fruto de altísimas cotas de incompetencia. Destrucción gratuita del paisaje, peaje visual para los próximos 40 años… y lo más asombroso: con todos los permisos en regla. Otra colaboración institucional igual de memorable, la de la Junta de Andalucía y el Consistorio con el remake de hotel Málaga Palacio en el Hoyo de Esparteros, siguió viento en popa en 2013. La normativa de protección del Centro, al servicio de un arquitecto estrella. Ejemplar.

Los Baños del Carmen o cómo premiar 25 años de abandono

Hacer muy mal las cosas puede tener una importante recompensa en Málaga. Los Baños del Carmen se caen a pedazos. El último cuarto de siglo una sociedad concesionaria ha tenido en sus manos este importante espacio público, pero la diferencia entre las ruinas de Pompeya y el Balneario ha sido cuestión de matices. La sociedad concesionaria, dos importantes constructoras malagueñas, podían haber dejado niquelados los Baños en una semana enviando cuadrillas de albañiles. No cayó esa breva y en su lugar cayeron okupas. El alcalde apoya ahora un proyecto privado de las constructoras para revitalizar y sacar partido a la zona. Con independencia del plan, que tiene cosas buenas, ¿acaso se han ganado por méritos propios el proyecto y que les prolonguen la concesión? Francisco de la Torre puede apoyar si quiere esta indecencia pero no está, ni mucho menos, obligado.

El camarín echado a perder o cómo dejar el Patrimonio hecho unos zorros

La Opinión informó en octubre de la existencia de un camarín barroco de 1713 en estado de ruina en la esquina de unas promociones de viviendas de la Junta de Andalucía en El Perchel. Se trata de una torre de diez metros de altura, único resto del primer convento de las monjas catalinas, con una bellísima decoración en el interior. La Junta culpa al Ayuntamiento de haber gestionado este espacio desde su construcción, a finales del siglo XX, hasta 2012. Culpas aparte, lo urgente sería rehabilitar el camarín cuanto antes.

El Guadalhorce o cómo abandonar un espacio natural protegido

Pesca ilegal continua de chanquetes, montañas de basura y coches. Así lució este verano en las páginas de este periódico el Paraje Natural de la Desembocadura del Guadalhorce, del que es responsable la administración autonómica. O eso dice.

Y por fin, el Pompidou o cómo dar vida a unos tiempos que languidecen

El alcalde se cocinó y luego sirvió en bandeja la llegada de un Centro Pompidou al puerto de Málaga. Magnífica noticia que reanima una legislatura, hasta la fecha, mortecina y olvidable a causa de la crisis económica. De paso, es la excusa de peso para que Francisco de la Torre pueda continuar otros cuatro años más, con permiso del respetable. Políticas aparte, si prospera el Pompidou será una gran noticia para la ciudad.

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