Una guía para no perderse por el Parque

5 Jun

Parques y Jardines acaba de colgar hace unos días en su página web (http://parquesyjardinesmalaga.eu) una guía del Parque de Málaga de las que hacían falta. Apenas ocupa una hoja, cualquiera se la puede bajar e imprimir.

Responde, como explicaba ayer a La Opinión el director de Parques y Jardines, Javier Gutiérrez del Álamo, a la petición de varias asociaciones de botánicos de contar con un instrumento útil en el que aparecieran las especies más representativas de esta histórica zona verde tan afamada.

Así que, con la ayuda de técnicos municipales y el equipo de botánicas del Jardín de La Concepción se ha hecho esta guía clarita, que nos desvela, parterre por parterre, las especies botánicas del Parque, que aparecen recogidas con su nombre científico.

La guía fue estrenada con motivo del Congreso Nacional de Parques y Jardines Públicos, que se celebró en Málaga en mayo y como funcionó muy bien, ya está a disposición de todos los internautas.

Además, no se olvida esta publicación de aportar un poquito de historia, de ahí que en el plano aparezca el perfil del antiguo muelle, es decir el límite de los terrenos ganados al mar. Consultando el mapa vemos que la mitad de los jardines de Pedro Luis Alonso se plantaron donde antes campaban a sus anchas las aguas del puerto y cómo ese primer tramo del Parque en la zona norte –el que va desde el hotel Málaga Palacio a la Aduana– corresponde exactamente con una curva que daba el antiguo muelle.

Se trata de una guía práctica y sencilla, aunque dirigida a todos esos aficionados a las plantas que conocen su nombre científico, porque todas lucen su nombre en latín. Para próximas ediciones, por cierto, no estaría mal añadirle algún paréntesis con el nombre más popular de la planta.

Lo cierto es que el Parque conserva tantas maravillas, especies que hace dos siglos sólo pudieron ser contempladas por los ojos occidentales del capitán Cook en los Mares del Sur (o de los españoles que dos siglos antes exploraron esas tierras), que se echan en falta visitas botánicas a esta zona verde tan cercana y quizás por eso, tan desconocida.

Se trata, en suma, de poner en práctica ese verbo adaptado de forma chunga del francés, por el que se pirran los políticos malagueños: poner en valor… el Parque. Aunque no hace falta ponerlo en ningún sitio, basta con revalorizarlo o reivindicarlo con iniciativas como esta. Mañana hablaremos más del Parque.

El abrevadero

Junto a la fuente de Reding subsiste en buenas condiciones un anuncio municipal realizado en cerámica por Amparo Ruiz de Luna en 1975.

Encabezado por el escudo de la ciudad, y tras el nombre del Excmo Ayuntamiento del Málaga, advierte de que queda «terminantemente prohibido lavar coches o cualquier otro uso en este abrevadero». Esta última palabra nos devuelve el uso principal de esta fuente en mitad del Camino de Vélez para las monturas del pasado, como puede verse en el famoso cuadro de Guillermo Gómez Gil, La fuente de Reding, que se expone en el Museo Thyssen de nuestra ciudad.

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