La batalla urbanística de la calle Acanto

5 Jun

La asociación de vecinos de El Torcal cumple este año su primer cuarto de siglo. El secreto para que un barrio marche por encima de la media es que tenga detrás una asociación de vecinos activa y reivindicativa, y eso se nota en este rincón de la Carretera de Cádiz, que cuenta con un número muy apreciable de equipamientos.

Aunque los políticos digan lo contrario y aseguren que tratan a todos los barrios por igual, la experiencia ha demostrado, al menos en Málaga, que «quien no llora no mama», y ese papel es el que le corresponde a las asociaciones de vecinos.

Pero siempre hay cuestiones por resolver. Sin ir más lejos, el Ayuntamiento bien podía haber contribuido al aniversario arreglando el tramo final de la calle Acanto, que está peor, y disculpen la comparación, que la deuda griega.

También es justo decir que este tramo es lo que queda de un combate urbanístico entre el Ayuntamiento y un taller de mecánica que se había construido de forma totalmente ilegal.

Los paseantes y vecinos de la zona recordarán que la casa taponaba la calle, pues había sido construida justo en medio de la calle Acanto. El taller, además de que estaba abandonado los últimos tiempos, había dado más de un disgusto porque se caía a pedazos y tuvieron que intervenir los bomberos en más de una ocasión.

Como nos explica Miguel Ángel Ojeda, presidente de la asociación de vecinos de El Torcal, el taller de mecánica fue expropiado por el Ayuntamiento y finalmente derribado hace un par de meses.

En su lugar nos encontramos hoy con una calle nunca antes hollada, y en la parte final, donde antes se encontraba el paredón de la casa, con un tapiz de chinos que ha sido inmediatamente aprovechado como parking pues en este barrio, aunque haya dos aparcamientos municipales, siguen haciendo falta más.

Miguel Ángel Ojeda nos cuenta que la intención del Ayuntamiento es convertir esta corta calle en peatonal. Una buena medida, pero más buena hubiera sido asfaltar mientras tanto estos 30 ó 40 metros que restan y que hoy están ocupados, aparte de por coches, matojos y basuras varias en la zona más pegada a las paredes.

Y no podemos olvidarnos por supuesto de las imbatibles cacas de perro. Y es que los dueños de los animalitos parecen tener querencia por los espacios blancos, como también puede verse en la segunda fase del Parque del Norte.

Como la situación es la que es tampoco pidamos peras al olmo. Prueba de ello es que de momento no hay planes ni para asfaltar 40 metros.

Felicidades, en cualquier caso, a la asociación de vecinos del Torcal, a Miguel Ángel y a José María Ortega, el anterior presidente, y que continúe este buen trabajo por el barrio.

Filosofando

Comentario de un conocido hostelero malagueño en una farmacia de la calle Santa María: «Si Dios nos hizo perfectos, ¿qué hago en esta farmacia?».

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