De cómo el entorno ayuda a «florecer» mejor

22 Mar

Ayer hablamos en esta sección de lo rápido que puede declinar una zona verde y de esparcimiento como la plaza de Miguel de los Reyes, en la Victoria, con mobiliarios inadecuados y la inaceptable vecindad de tres solares a medio tapiar, que es como estar abiertos al público las 24 horas, para que este pueda depositar toda la basura y acrecente así sus lazos sentimentales con los neandertales.

Con un entorno menos marrano y mejor planificación los resultados son otros y se encuentran además muy cerca de esta plaza. El autor de estas líneas se refiere al jardín de la plaza de los Cristos, que es uno de los más bonitos y desconocidos de Málaga, hasta el punto de que bien podríamos emplazarlo en Córdoba y Sevilla, dos ciudades en las que abundan estas sorpresas recoletas.

Pero no, el jardincito está en Málaga, por suerte para nosotros, y abunda en árboles y plantas, que es lo que se pretende. Cuenta este jardín, para empezar, con la supervisión de los vecinos, que lo han llenado de carteles en los que se informa de la prohibición de jugar a la pelota y se aconseja respetar las plantas y recoger las cacas del perro.

De diseño sencillo, tiene un círculo central rodeado de naranjos y una segunda fila con ficus, pacíficos, cicas y yucas.

Las únicas pegas son, como suele ser habitual, las pintadas tribales en los bancos, entre las que destaca un tal Carpe Diego, que no tiene ningún problema en escribir su nombre o apodo con letras gigantes, de esas que sólo se encuentran en la colina de Hollywood.

El parquecito, en el que ya se aprecia el lento florecimiento de los naranjos, está en perfecto estado de revista, y eso que disfruta de papeleras del año de la polka, un modelo en el que la basura, si es pequeña, puede escurrirse por los lados.

Se escucha además la vecina fuente de los Cristos que, cosa rara, sólo padece una actuación vandálica reducida, aunque impactante: uno de los silenos tiene el pelo azul, a juego con los ojos, también pintarrejados.

Silencio monacal

A estas alturas de la película ignoramos qué mente preclara tuvo la genial idea de invitar a Málaga al ministro de Cultura en plena campaña electoral de las andaluzas, para que visitara el palacio de la Aduana en obligado silencio monacal y dejara a los malagueños con la duda de si El Prado tendrá una sucursal autorizada en Málaga o seguirá solitario en Madrid. Operaciones ministeriales de este tipo, mejor plantearlas antes o después de las elecciones. Todos los días se aprende algo.

Ángeles de la Noche

La novedad para la edición de abril del mercadillo mensual de los Baños del Carmen (que se realiza de forma temporal en El Palo, junto al Arroyo Jaboneros), serán unos contenedores para que los interesados puedan donar comida para los Ángeles de la Noche, que están enviado comida a malagueños de clase media de la capital que han perdido el empleo. Los contenedores se incorporarán al mercadillo a partir de la cita de abril.

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