El destino dispar de la calle Trinidad Grund

13 Feb

La calle Trinidad Grund es un errata en la planificación urbanística de Málaga, un borrón al que ningún alcalde se atreve a combatir con una goma Milan (nata). Los años pasan, pero sobre todo para la calle Trinidad Grund, una vía que aunque está peatonalizada, bien podía haber estado cruzada por un arroyo con caimanes del Caribe, porque su efecto disuasorio viene a ser el mismo.

Y no es por falta de empuje comercial de quienes quieren poner la calle Trinidad Grund en el mapa. En los últimos años han proliferado negocios muy variados, así como restaurantes y bares con muy buen aspecto y hasta con una oferta gastronómica de platos bastante cosmopolita.

Son varios los factores que convierten esta calle peatonal en un experimento fallido y desabrido. Ustedes disculparán la frase, pero no se puede peatonalizar una calle con tan malafollá.

Lo único digno del suelo de Trinidad Grund es una hilera central de adoquines rectangulares. El resto es una especie de morterá, de repellado malo de cemento, como de obra a medio concluir y que hoy sólo se encuentra en los rincones más degradados de Málaga.

En este sentido, para una peatonalización tan poco atractiva, mejor no haber tocado nada, de ahí que recuerde, por el desbarajuste que causa en el calzado de los usuarios, a la desventurada plaza del Siglo, la de los adoquines circulares colocados a la buena de Dios y que quizás cuenta con la ejecución de obra más horrorosa de la Europa mediterránea y porque no indagamos más.

Pero otra mancha tiene en el blasón esta calle dedicada a la famosa y bienhechora Trinidad Grund: justo en la confluencia de esta vía con la plaza de la Marina nos encontramos con una suerte de estructura fallera de hierro, el andamiaje de una fallida operación hotelera que exhibe sus desechos en los jardines del Puerto pero que los vecinos de Trinidad Grund padecen desde hace demasiados años.

No es sólo un blasón para la calle sino también para la Gerencia de Urbanismo y por tanto el Ayuntamiento, incapaz de desbloquear esta vergonzosa situación, en la que cualquier paseante apreciará acumulación de basura entre los andamios y huellas de un incendio.

Con la rehabilitación urgente de este desastre y una peatonalización bastante más razonada y acertada, con un suelo más digno y transitable, los importantes esfuerzos que están haciendo los comerciantes para poner de moda la calle Trinidad Grund se verían merecidamente recompensados.

En el cauce

Con los caracteres de una superproducción de Hollywood, un anónimo enamorado ha realizado en el cauce del Guadalmedina, a la altura del moderno puente de la Trinidad, un encendido arrebato para conmover a su amada o amado. Esto dice una de las pintadas: «Y cada día te demostraré que quiero tenerte conmigo siempre, te amo. Con fía en mí».

Habrá que darle cuartelillo a este esforzado poeta.

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