Tragicomedia de Azcona en los terrenos de Renfe

25 Ene

El pasado lunes la sección semanal Línea Directa volvió a hacerse eco de uno de los callejones administrativos sin salida más grotescos de los últimos años.

Lástima que Rafael Azcona no esté aquí para contar el calvario antihigiénico que están pasando los vecinos de El Duende y de Nuevo San Andrés, los dos barrios que comparten el tramo soterrado de las vías de tren más guarro que han visto los siglos.

El pasado verano contaba un vecino del Duende la desagradable sorpresa de encontrarse una mañana, nada más abrir la tapa del retrete, con la cabeza de un enorme roedor. Ríanse de las películas de terror si llegan a escuchar el grito de este sufrido contribuyente que, armado de valor y de una escobilla, echó todos los productos de limpieza por el w.c. para neutralizar la aparición.

Esta escena ocurrió en su nave industrial, vecina de estos terrenos zarrapastrosos, una verdadera montaña de basura presidida por la estación de cercanías Victoria Kent (triste homenaje a la abogada y diputada malagueña).

Desde mayo de 2010 se almacenan la porquería y las botellas en estos terrenos vallados y cedidos hace tiempo al Ayuntamiento por Adif para que pueda construirse el bulevar.

Ni siquiera la simbólica colocación de la primera piedra hace unas semanas por el Consistorio ha hecho posible que estos terrenos inmundos se limpien. Al parecer, hace falta que el Ayuntamiento entregue una fianza a Adif, no vaya a ser que con las obras del bulevar se dañen las infraestructuras ferroviarias que hay debajo.

El universo administrativo es a veces tan estúpidamente opaco e irracional, que para este caso no contempla algo que los vecinos llevan pidiendo desde hace ocho meses: que entre un barrendero a recoger a mano toda la porquería. Ni escarbando con las dos manos, ni teniendo las uñas como escarpias será capaz de dañar las toneladas de hormigón que haya debajo.

Así que tenemos a los vecinos de dos barrios de Málaga ahogándose en mierda, con perdón, y conviviendo con las ratas, como en un inmerecido revival de las pestes bubónicas medievales.

Aseguran en Adif que el papelito del aval se firmará antes de que termine enero. Es una pena que el mandamás del corralito ferroviario no tenga una casa con vistas a este estercolero. Estamos seguros de que, de haber sido así, su capacidad de reacción y enmienda estaría a años luz de la pachorra administrativa que ahora exhibe.

No hay excusa alguna cuando no se tienen verdaderas ganas de arreglar las cosas.

La injerencia

Y en la misma línea, esta sección hablaba ayer de anécdotas portuarias, y quedó en el tintero una muy descriptiva de nuestros días: el intento del Ayuntamiento de colocar papeleras en las nuevas zonas abiertas al público en el Puerto, algo que impidió la policía portuaria, según fuentes municipales. Como se ve, por encima de la enorme utilidad que para cualquiera pueda tener una papelera se encuentran las competencias administrativas.

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