El parque de la Virgen de las Cañas es un oasis en El Tomillar, un barrio de casas mata en este rincón del Puerto de la Torre en el que los vecinos pueden considerarse privilegiados por no contar con las indecencias urbanísticas de otros rincones de Málaga en los que la ausencia de plazas y jardines ha supuesto, misterios de la vida, una ganacia material para algunos.
No ocurre lo mismo en El Tomillar, que como curiosidad cuenta con calles dedicadas a autores de la antigüedad y del siglo XIX. En algunos casos, las calles están dedidadas con cierta lógica, pues tras Terencio nos encontramos con Plauto, dos hachas de la comedia latina y Homero no está lejos de Virgilio.
Y en cuanto al parque, es tan grande que está dividido en tres partes, aunque no exista entre ellos una unidad temática y parezcan haber sido diseñados con muchos años de diferencia.
El primer tramo, entre las calles Balzac y Andersen, luce bonitos ficus y aves del paraíso, mientras que presiden el conjunto unos aparatos como de gimnasia sueca bastante cascados y que, por el estado en el que se encuentran, bien podían haber sido utilizados por Buster Keaton en su última visita a Málaga (que sepamos, asistió a una corrida en la Malagueta a comienzos de los años 30 o finales de los 20).
La segunda zona, tras cruzar un bonito bulevar de ficus, cuenta con artísticos olmos de bola dorados por el otoño y un parque infantil con chinos de los que ya no se estilan porque los niños terminan con las rodillas con las tradicionales matauras. Lo mejor de este tramo son dos chorraeras adaptadas a un pequeño cerro, que deberá ser reparado algún día, porque las torrenteras de agua lo están dejando en montículo de arena.
En todo caso, en lo alto de la loma se encuentra un mirador con forma de kiosco de música, pero con diseño moderno, que puede sustituir muy bien las cabañas de madera que tantos niños del pasado han levantado en los árboles. Un servidor, aunque ya tenga espolones, se ha subido al kiosco y las vistas son magníficas.
El tercer capítulo ajardinado es mucho más sombreado y puede decirse que en algunos tramos los árboles no te dejan ver el bosque. Tiene un parque infantil felizmente homologado y los restos de un molino de aceite que, siguiendo la tradición secular malagueña, carece de una placa que informe de dónde ha salido. Con sus defectos y sus tres edades, en el parque imperan más las virtudes.
Paseo de la fama
El macropuente de esta semana –para quien lo disfrute entero– se está convirtiendo en la constatación de que el Muelle Uno está teniendo tirón entre los malagueños anónimos y los más conocidos.
El pasado lunes, sin ir más lejos (tan solo al Puerto), pasaron por las instalaciones en un par de horas la recién reelegida rectora de la Universidad de Málaga, Adelaida de la Calle, el periodista y columnista de La Opinión Domi del Postigo, el escolta del Unicaja Berni Rodríguez e Indira, la participante malagueña en el concurso de televisión Gran Hermano. Buena suerte para este rincón comercial que quiere conjurar la crisis económica.