La feliz recuperación de un enfermo dieciochesco

29 Nov

En principio, y aunque no todos los periódicos locales sigan esta premisa, los diarios están para llamar la atención sobre los problemas de las ciudades, para hacer de portavoces de vecinos y colectivos con problemas, con el fin de que, en este caso Málaga, mejore y se solucionen los contratiempos.

Desde este punto de vista, es mucho más efectivo para una ciudad controlar a los políticos y señalarles las necesidades que aplaudirles por sistema y decirles, como Marcial, que son los más grandes.

Por eso, un lector de esta sección habrá notado un déficit importante de elogios y palmaditas en la espalda, que aunque inflen de forma modesta algunos egos, no aportan soluciones. Otra cosa es permanecer como un gato de escayola cuando una institución lo hace bien y en este caso una institución apolítica como la Diócesis de Málaga, con el obispo Jesús Catalá, a la cabeza, que ha tenido el acierto de restaurar la iglesia de San Felipe Neri.

Muchas páginas hemos dedicado en esta sección al deplorable estado exterior del templo. A pesar de que fue restaurado hace casi diez años. Ayer, los actos vandálicos eran ya agua pasada. La imagen de la Inmaculada junto a la iglesia, en una esquina de la calle Cabello, lucía sin pintura y se había eliminado un jardín selvático y repleto de basura que había al pie de la columna (los políticos dirían «a pie de columna»).

Las pintadas en latín macarrónico de la puerta también habían sido borradas y lo más importante, habían desaparecido de las preciosas pinturas murales que dan a la calle Gaona, los garabatos realizadas por Plaka y otros borricos de la reata de ególatras del spray.

En el interior, resplandeciente y todavía con un leve olor a pintura, el publico se quedó fascinado por la solería, por las nuevas pinturas y la soberbia talla de San Felipe Neri.

Esta vieja iglesia está unida a los malagueños por muchos momentos especiales. Para el autor de estas líneas resulta inolvidable la salida con los Servitas de un interior decrépito, en el que sólo parecía llamar la atención la bella y serena imagen de la Dolorosa de Fernando Ortíz.

La situación ha cambiad por completo y ojalá que también cambie para el entorno, que por desgracia sigue teniendo el aspecto de un estercolero dividido en calles. La calle Alta y la calle Chinchilla, con sus solares llenos de basura, deben dar paso a una realidad muchos más civilizada.

Sin ir más lejos, los vecinos de la primera calle reclaman desde hace dos años que un solar abandonado que pertenece a al Junta y al Ayuntamiento se convierta en una placita con un parque infantil y bancos. Tomen nota los que gestionan el dinero público y por lo anterior, felicidades sinceras a la Diócesis y al obispo de Málaga.

Calle Victoria

Y para seguir la línea de hoy, también hay que resaltar la rápida reacción de los propietarios de un solar infecto en la calle de la Victoria, que protagonizó hace unos días esta sección. El solar ha sido vallado.

2 respuestas a «La feliz recuperación de un enfermo dieciochesco»

  1. Como siempre, en tu línea. Con fuerza, con sentido del humor, y dando en el clavo. Como otras veces te he dicho, Alfonso, y como no me cansaré de decirte, esta ciudad te debe cuanto escribes y cuanto tratas de poner en su correcta dirección.
    Lo de San Felipe Neri es una gran noticia.

  2. Magnifica la restauracion de San Felipe,ahora queda el barrio,que podia ser uno de los ma agradables y centricos de mñalaga,pero yo no se que maldicio tienen los barrios de San Felipe y el vecino de San Rafael,hace falta un plan que hagaagradable el Centro y no se quede en promociones de mini apartamentos que sirven,o servian,solo para especular con ellos.

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