La Casa de Socorro de Strachan pide auxilio

21 Oct

Fue en 1918, cuando Málaga se preparaba para ser, más que una ciudad, un gran hospital de guerra por la famosa Guerra de Melilla, cuando se inauguró en la plaza del Llano de Doña Trinidad (en El Perchel, no en la Trinidad), la preciosa casa de socorro, de estilo regionalista, obra de Fernando Guerrero Strachan.

Los años han ido pasando y este edificio se ha convertido en una de las pocas joyas de ese territorio repleto de descampados y casas en ruinas que es hoy esa parte del Perchel.

Está por ver si un edificio de tan importante valor patrimonial no puede dedicarse a mejores fines que a acoger la sección de multas por radar de la Policía Local. En principio, bien puede acoger cualquier tipo de ente administrativo, negociado o incluso corralito de cargos de confianza siempre que se mantenga en perfectas condiciones.

Y aquí viene el problema: que este edificio, en el que tienen su asiento los atestados, está literalmente atestado de porquería. Por la de mierda que acumula, por perdón, y los exámenes visuales que un servidor le ha ido echando, parece que lleva sus buenos años sin recibir el cuidado que se merece.

La peor parte se la lleva el lateral de esta comisaria, la calle Libertad. Ahí se pueden apreciar las contraventadas con la pintura desmenuzada y un suelo que no conoce la escoba desde los tiempos bíblicos.

Latas, hierbajos y una acumulación asombrosa de cagadas de paloma ofrecen una imagen que no debería esperarse de un edificio público. En la fachada principal encontramos también, aunque menos, la pertinaz huella de las palomas, algunas de ellas con pinta de dátiles fosilizados, de lo mucho que llevan adornando el edificio.

La Casa de Socorro de Strachan se encuentra haciendo guardia junto a una de las plazas más dejadas de la ciudad, de la que otro día hablaremos. Es uno de los monumentos patrimoniales de Málaga y aparece reseñada, cómo no, en la conocida Guía Histórico Artística de Málaga que dirigió Rosario Camacho. Y en ella, por cierto, ya se llamaba la atención su estado de deterioro.

Se hace difícil entender que esté tan dejada de la mano del alcalde. Puestos a poner multas, que el Ayuntamiento lo haga en un edificio que no parezca la casa de Norman Bates. A ver si ahora que llegan las elecciones, alguien se acuerda de este olvidado rincón de Málaga.

La búsqueda

Algunos reportajes de boda buscan emplazar a los novios en los lugares más insospechados y a la vez típicos de nuestra ciudad. Su encanto tendrá, por cierto, sacar fotografías a una feliz pareja de novios saliendo del ascensor de la Alcazaba, mientras caminan por ese túnel que conduce a la calle Guillén Sotelo, vulgo «por detrás del Ayuntamiento».

Otra cosa es que, cuando alguien vea las fotos en el álbum, no concluya que la foto está tomada en el mismísimo búnker de Hitler en Berlín. Es lo que tiene la búsqueda de la originalidad.

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