Auge de banderas de España por esto del fútbol

16 Jun

Esta sección se detiene escasamente en el fútbol, salvo cuando se convierte en el protagonista. Sería absurdo dedicar hoy la crónica a una calle en mal estado o a un parque con buen aspecto cuando en toda Málaga el comentario dominante es que hoy, «juega España».

Si creen que uno exagera, les aconsejo que se den una vuelta, por ejemplo, por el barrio de La Luz. Verán cómo las banderas españolas cuelgan de muchísimos pisos como si el país estuviera en fiestas.

Después de 40 años de exceso de patriotismo, hemos pasado al otro extremo: los españoles de a pie se han quedado desganados de banderas nacionales, que sólo reaparecen en los partidos de la selección, sobre todo si como ahora, lleva una racha inaudita.

Por cierto que aun un servidor eso de llamar a la selección La Roja no le parece que tenga ninguna connotación política, ya saben, esa urticaria cazurra que le entra a algunos nacionalistas por no querer pronunciar el nombre «maldito» de una realidad legal que no comparten, pero que está ahí desde hace unos cuantos siglos, aunque no la nombren.

Más bien intuye el firmante que eso de La Roja es una denominación «lavado de cara», una operación de márketing bastante forzada, después de tantos años llamando a los de la camiseta roja «España» o «selección española». Exagerando un poco las cosas, es como si ahora la Semana Santa de Málaga se convirtiera en La Semana o incluso en la Holy Week Session, unos supuestos nombres publicitarios que a uno le chirrían tanto como eso de La Roja.

En todo caso, el bombardeo de esta denominación es tan intenso en anuncios y frases hechas de los locutores, que terminará imponiéndose, como se imponen las palabras en inglés.

Si la selección desmonta la relojería suiza a partir de las 4 de la tarde, prepárense para escuchar el bocineo de rigor por toda Málaga. Y si la cosa marcha bien y no como casi siempre, dada la falta de concreción de la hinchada malagueña el Ayuntamiento tendrá que ir pensando en proteger todas las fuentes del Centro Histórico de un exceso de euforia.

Así que, «que gane España» (lo de La Roja lo deja uno para los anuncios de cerveza y derivados).

La conjunción

Lo mismo que esa anciana malagueña resumía su querencia por las películas de acción pidiendo a su hija que le alquilara películas «en las que salen las mesas roando», la hermosa escultura de la Paloma quiromántica de Rafael Pérez Estrada ya tiene un nombre popular más escueto.

Esta obra, que bien podría haber salido de la imaginación de Rafael Alberti, y que se encuentra en la placita de calle Bolsa, es llamada por algunos usuarios del monumento La palomano (lo de usuarios significa que quedan junto a él).

La palabra es magnífica, y aunque no tiene los tintes poéticos de Pérez Estrada, es una conjunción perfecta que, quién sabe, puede que termine triunfando en el campo de las denominaciones populares. Habrá que esperar.

Una respuesta a «Auge de banderas de España por esto del fútbol»

  1. Por fortuna para los oídos, España no ganó. ¡Dios mío, gracias!

    PD
    Siempre hay que buscar el lado positivo de las cosas.

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