Libros, marcapáginas y costureras en el Parque

3 Jun

Dice el refrán inglés que «la curiosidad mató al gato» pero de momento, no ha causado ninguna baja el deseo de saber cómo será el marcapáginas de este año de la Feria del Libro.

Y cuando uno habla de marcapáginas, se refiere al que todos los años presenta el Ayuntamiento y su red de bibliotecas públicas municipales. Resuelto el misterio: un año más han vuelto a acertar con una preciosa composición en la que cuatro remeros transportan por los mares una jábega repleta de libros, y al fondo, asoma la Farola de Málaga.

Con estos bríos marineros se presenta la 40ª edición de la Feria del Libro, con 47 puestos en los que, como en botica, cada librero te habla de lo bien o mal que va la cita.

Alguien a quien la crisis no le va a causar ningún problema es María Dueñas, la autora de El tiempo entre costuras, un libro de espionaje en el Protectorado Español en Marruecos que se está vendiendo como rosquillas.

En el ámbito malagueño también está pegando fuerte Enrique Bolín. Retazos inéditos, de la editorial Sepha, una sincera autobiografía del ex alcalde de Benalmádena que es también un repaso a toda su nutrida historia familiar.

Se han reeditado además los Antiguos cafés de Málaga, de Francisco Bejarano, un repaso a esos refugios de ocio para media ciudad que fueron rincones como el restaurante La Alegría. Y en el Cedma (no es un fusil sino el Centro de Ediciones de la Diputación)?podemos encontrar en varias entregas una buena historia de la provincia de Málaga.

También merece la pena detenerse en Extramuros, una editorial especializada en facsímiles de obras de finales del XIX y primera mitad del XX (aunque abarca otras épocas), en la que pueden contrarse obras de todo tipo. Como curiosidad, un señor «arrambló» hace unos días con todo tipo de libros sobre Cervantes mientras que un amante de los barcos hizo su agosto. Ya se sabe, esta feria es para echarse a la mar cargado de libros.

Recortes

Hay que felicitar al Ayuntamiento por la reducción de unos sueldos que en algunos casos eran desproporcionados, por la naturaleza del trabajo desempeñado, además de inmorales, por costearse con dinero de todos en estos tiempos de crisis. En todo caso, hay muchos malagueños que no entienden, y aquí se suma un servidor, cómo en el Ayuntamiento de Málaga existen todavía subordinados que cobran más que el «jefe». Suerte que tienen.

Si algún día el desaguisado nacional se encauza, habrá que dejar de pagar con sueldos de empresas privadas a empleados públicos. En Málaga hay mucha gente capaz que no necesita mensualidades exageradas para aceptar una gerencia o un palacio (de Ferias).

La situación

Y continuando con estos tiempos de apretarse el cinturón, en muchos rincones del Centro pulula un cartel que anuncia que se alquila habitación. En cuanto al precio, señala que será «de acuerdo con la situación actual».

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