Un paso de cebra difícil de recordar

2 Jun

El Ayuntamiento cuenta con el auxilio de un servicio de «repintado» de pasos de cebra, pero la capacidad de desgaste de estas «señales horizontales» (así las llaman los políticos), es mucho mayor que la capacidad de reacción del servicio.

Como resultado, algunas zonas de Málaga se las ven y se las desean para recuperar la «blancura» de sus pasos de cebra, incluso aquellas que están entre las más transitadas de la ciudad.Es el caso del paso de cebra del Postigo de los Abades, uno de los lugares más pateados de Málaga. A diario, innumerables autobuses desembarcan a los turistas para que recorran el Centro Histórico. Es el mismo paso de cebra que los turistas utilizan cuando salen de sus cruceros.

Si cualquier época pasada dicen que fue mejor, esto al menos se constata con este paso de cebra, que no vive sus mejores momentos. De hecho, por su aspecto parece datar de tiempos de los hititas, y sólo la presencia de la Catedral nos convence de que no estamos en mitad de la Anatolia (no confundir con Natalia).

Del paso de cebra de antaño quedan una colección de costras blancas, aunque una de ellas se encuentra atravesada por un enorme costurón, que sin duda dejará un bonito recuerdo en las llantas pasajeras. Por otro lado, el paso luce en el centro un «remache» de asfalto que lo mimetiza todavía más con el entorno. Estamos ante un claro caso de desvanecimiento, sin necesidad de acudir al doctor House. Dicho queda.

A dos velas

Nos cuenta una malagueña que ayer fue a resolver un papeleo en Sevillana, en la Malagueta, y se encontró con que era la festividad de la Virgen de la Luz, así que ese día la compañía de electricidad no abría sus puertas.

Ante el chasco, nuestra protagonista se fue a la sede de?Emasa, también a aligerar cuestiones de papeleo pero también se la encontró cerrada por ser el día de la empresa. Existe la advocación de la Virgen de las Aguas, aunque un servidor ignora si se trata de la patrona de la empresa municipal.

En todo caso, que Sevillana y Emasa cierren el mismo día, bien mirado, ahorra molestias a los usuarios, aunque los que trataron ayer de hacer gestiones a dos bandas se quedaron a dos velas.

La moneda

No sabemos si aprovechando esta crisis furibunda, que algún bromista se ha dedicado a fijar con pegamento del bueno una moneda de curso legal en el suelo.El portento se encuentra en la calle Strachan, cerca del restaurante La Cepa, y desde luego, no se puede decir que el bromista haya tirado la casa por la ventana porque la moneda es de 20 céntimos. Pero la cuantía es lo de menos, la gente se topa con el objeto y siente la imperiosa necesidad de recogerlo del suelo.

El espectáculo es digno de verse, la víctima permanece semiagachada y con la cara enrojecida, como sorprendida por unos retortijones.Pero el trajín en el suelo es en vano y ahí sigue la moneda, provocando súbitos ejercicios de abdominales en el personal.

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