En Málaga la Ley de Murphy toma cuerpo en una inquietante proposición: «Cualquier propuesta urbanística absurda o lesiva para la ciudad es susceptible de persistir hasta que es ejecutada».
Muchos malagueños quizás habrán olvidado la historia de un hotel en Hoyo de Esparteros. El Ayuntamiento, amparado en el nombre del famoso arquitecto que está detrás del proyecto (a modo de atenuante de la fechoría) estaba dispuesto a doblar la altura permitida del edificio, hasta alcanzar una altura más propia de la Cruz del Humilladero que del Centro Histórico: diez plantas en lugar de cinco.
Parecía desterrado el portento pero el pasado jueves volvió a irrumpir la disparatada propuesta en el salón de plenos.Incansable al desaliento, nuestro equipo de gobierno quiere llenar nuestra ciudad de edificios altos, sin importarle demasiado en qué lugar del mapa caiga el invento. Al contrario que en ciudades más sensatas, en las que se tiene muy en cuenta el emplazamiento, nuestro Ayuntamiento está cegado por el hecho en sí de contar con bloques de grandes proporciones, sin importarle mucho que el sitio elegido para levantarlos sea el gran parque de la Carretera de Cádiz (ya no será tan grande), la saturada zona de la antigua Flex o como en este caso, una esquina del Centro Histórico de Málaga, con el agravante de cepillarse un edificio atribuido a Gerónimo Cuervo (aunque gracias a nuestro ejemplar catálogo de edificios protegidos, parece que se salvarán los herrajes).
Durante los años 90, comenzó a invadir nuestra Costa del Sol una patulea de alcaldes y concejales que tuvieron como razón de ser la zafiedad y la ignorancia. Daba la impresión, en algunos rincones de nuestra Costa, de que cualquier hortera podía hacerse con un bastón de mando.
Esos tiempos han pasado, pero persiste en buena parte de nuestra provincia una concepción burda del Urbanismo, que prima la ganancia rápida antes que una planificación racional de las ciudades.
El futuro hotel de Moneo no tiene por qué ser una excepción y debe adaptarse lo más posible a la normativa. Para ello, la Junta de Andalucía, en conversaciones ahora con el Ayuntamiento, no debe (a juicio de este firmante, claro) dejarse llevar por mitomanías.
Los arquitectos también pasan de moda. Que se lo pregunten si no a Gerónimo Cuervo: en los últimos años ya son dos los edificios de Cuervo que nuestro Ayuntamiento ha querido llevarse por delante (el otro se encuentra en Bellavista, aunque la Junta finalmente impidió la tropelía protegiendo la zona).
No somos nadie, así que al menos planifiquemos con cabeza, sin forzar mucho las alturas del castigado Centro Histórico de Málaga.
Sin protocolo
Los contribuyentes que acuden al edificio de Hacienda junto al Puente de Tetuán a pagar sus impuestos, se encuentran con la sorpresa de que, una vez efectuado el «paganini», deben abandonar el edificio atravesando el aparcamiento. Vamos, que te despluman y luego, por la puerta atrás.
¿Y eso de Belén Esteban?
Hola Manolo/Javier, ¿qué tal os va?, la sección tiene en el formato de papel una fotografía comentada que casi nunca tiene que ver con el tema del día. En este caso la coloqué porque me parecía exótica la encuesta de tele5, aunque Belén Esteban, afortunadamente, no tenga nada que ver con la Gerencia de Urbanismo. Un abrazo