El Festival de Eurovisión de Dusseldorf ha sido el más impredecible y sorpresivo de la historia en cuanto a los resultados finales, como ya se ha destacado en los medios de comunicación y webs especializadas. Ni las casas de apuesta ni los eurofans y aficionados a ESC habían contado con Azerbaiyán , Italia ni Ucrania en el Top Five, y aun menos con el hundimiento de grandes favoritas como Francia , Estonia o Hungría. Esto pone en evidencia que el Festival de Eurovisión es un fenómeno social y cultural Europeo de una gran magnitud y que los Eurofans y seguidores del Festival finalmente somos una minoría, aunque muy activa, que se diluye entre los 120 millones de espectadores que el espectáculo tiene cada año. Estonia e Hungría eran temas muy del gusto eurofan , pero a pesar de la elegancia y buena actuación de la húngara Kati Wolf , todos los años se demuestra que los temas dance no suelen tener éxito a nivel mayoritario. Lo de Francia si era previsible y además tuvo una interpretación bastante floja. Italia quizás fuer la mayor sorpresa de la noche, llevaba una apuesta elegante y de calidad que fue recompensada. El triunfo de Azerbayan fue el triunfo de lo fácil y edulcorado aunque correcto. Para mí los dos grandes espectáculos de la noche fueron los ofrecidos por Lena y los irlandeses Jedward. Pero quizás fueran apuestas demasiado rompedoras y de calidad para los millones de votantes. Ambos quedaron en el Top ten de un Festival con un gran nivel . Habrá que conformarse con ello. En cuanto a Lucia Pérez decir que sacó el máximo partido con su alegría y profesionalidad a un tema infantil del que no podíamos esperar más.
Los países del Big Five aunque con desigual resultado han hecho una apuesta seria por Eurovisión, nosotros aun esperamos el cambio de rumbo de RTVE. La práctica totalidad de críticas en medios de comunicación sobre el Festival de ayer y hoy en nuestro país son negativas y cargadas de falsos tópicos. Desde RTVE se viene desprestigiando el Festival sistemáticamente desde hace años y va a ser difícil un cambio de rumbo. El más prestigioso Festival de música del mundo merece que el ente público le dé un tratamiento cuanto menos digno. Esperemos que en 2012 se produzca el cambio y la representación española en Azerbaiyán esté a la altura del mítico festival europeo.
Dusseldorf 2011 , un Festival impredecible y sorpresivo.
16
May