Me encuentro ya en el centro de prensa del Düsseldorf Arena donde tendrá lugar este sábado la gran Final del Festival de Eurovisión. Desde mi llegada ayer sábado al aeropuerto de Düsseldrof, el tercero en importancia de Alemania, las referencias al Festival de Eurovisión han sido cosnstantes con el logotipo y el lema de este año ,’ Feel your heart beat’ (siente los latidos de tu corazón), presentes por todos lados: en punto de bienvenida, en los medios de transportes, el los monitores del aeropuerto, en el casco histórico… El alojamiento este año ha sido complicado ya que estamos en una de las capitals económicas de Alemania y las constantes ferias de muestras tenían las plazas hoteleras reservadas de antemano. Casi todos los medios y seguidores de ESC estamos alojados en apartamentos. Directamente nos fuimos a la tradicional Wellcome Party . Se trata de una recepcion ofrecida por el ayuntamiento de Düsseldorf a las 43 delegaciones, medios acreditados, cantantes y personalidades de la ciudad. Este año ha estado más restringida que nunca ya que el número de políticos y “enchufados “ de la ciudad asistentes ha sido más elevado que el de personas directamente relacionadas con Eurovisión. Algo que nos hizo recordar eventos como el Festival de Cine Español de Málaga y que pone en evidencia que las costumbres entre ciudades europeas no son tan diferentes. La ciudad anfitriona del Festival elige cada año para esta fiesta un lugar emblemático y el recinto de Düsseldorf ha sido el más original y llamativo de los últimos años. Se tataba de ‘Tohalle’. El bello edificio fue construido en 1926 como planetario, de ahí su estrucctura circular. Durante la Segunda Guerra Mundial fue destruido y tras su reconstrucción fue destinado desde 1970 a sala de conciertos. En la actualidad es uno de los principales centros culturales de Alemania y se celebran más de 340 espectáculos de los más variados estilos ( jazz, clasica, pop…) .
Durante la fiesta fue posible alternar con casi todos los representantes de los 43 países que participan en Eurovision. Entre ellos destacaría la simpatía y belleza de una de mis favoritas, la húngara Kati Wolf. Lucía Pérez, acompañada de los autores de su tema, Puron y Artesero, también demostró su profesionalidad y encanto. Tras saludarnos salió hacia el Euroclub donde tenía previsto actuar esa misma noche. Lástima que el tema ‘Que me quiten lo bailao’ no acompañe a la gallega, ya que por su actitud y profesionalidad merecería no quedar en el fondo de la tabla, como es lo más probable que suceda.
Ya desde el centro de prensa me dirijiré al ver uno de los primeros ensayos, el de Amaury Vassaly el representante de Francia y máximo favorito, distinción que ni comprendo, ni comparto. Mañana informaré de cómo ha sido el ensayo y de lo más destacable de la jornada. Hasta entonces saludos eurovisivos desde Düsseldorf.