Garantía total.

12 Sep

La llegada de la Supercopa ACB en Murcia el próximo fin de semana trae el inicio oficial de la temporada 2023-24, verano mediante, hemos tenido Mundial en Asia y algún que otro partido de pretemporada.

En lo que nos toca más directamente, la permanencia casi total de la plantilla cajista -cambio de Darío Brizuela por Kameron Taylor al margen- ha tenido el broche final de la renovación casi de por vida de Alberto Díaz, con lo que casi supone que nos vamos a ahorrar ver al base malagueño con otra camiseta, lo cual sería un disgusto y de los gordos, seguro.

Ante la reciente noticia, y aunque hay opiniones que dicen que las renovaciones a tan largo tiempo no suelen salir bien, también se puede pensar que la sola presencia de Alberto en la alineación ha sido el único motivo que ha tenido la afición cajista que se ha mantenido fiel durante los años tan oscuros que se han atravesado. Además, mantener los símbolos es algo que siempre ayuda a crecer a las entidades, y dudar de que la camiseta con el número 9 es la próxima a colgarse del techo del pabellón es una grave imprudencia.

Tiempo tenemos para poder ver cómo va a rendir el equipo de Ibon Navarro para este curso, pero lo cierto, es que la ausencia de jugadores interiores al tener las lesiones de David Kravish y Yankuba Sima no son tranquilizadoras, sobre todo la del estadounidense, porque ese tipo de dolencias ya han sonado por aquí, y han sido tan duraderas como incapacitantes, y ni mucho menos es una buena noticia, aunque Dylan Osetkowski dé minutos en esa suposición, con el pase de Jonathan Barreiro a la posición de cuatro, con lo cual, se mueven piezas, pero no se consigue el recambio, porque Ilimane Diop no está ofreciendo un rendimiento adecuado para justificar su continuidad.

Lo cierto es que, a día de hoy, tanto el plantel del club malagueño, como su entrenador tienen ganado el crédito suficiente para afrontar la temporada con las garantías suficientes, así como el caso particular de Alberto Díaz y su renovación durante las cinco próximas temporadas, que le hará finalizar el contrato con 34 años de edad, todo ello si no llega un equipo de Euroliga con mala situación económica y pocas ganas de negociar que haga una oferta de esas que patrocinaba Vito Corleone en el cine.

Los inconvenientes que le podemos ver a Alberto Díaz serán los de siempre, que si depende de su físico, que hay veces que se atasca en el ataque, que si el paso del tiempo lo va a castigar… muchas cosas a las que todos (incluido él) estamos acostumbrados, pero sólo con lo que trae de serie y con lo que le llevamos viendo tiene suficiente, con la entrega, las ganas y el corazón que muestra siempre seguro que le bastará para ayudar al equipo y ser una pieza capital.

Me he referido a tener crédito suficiente para que se pueda creer en el rendimiento, y algo que hemos tenido hasta hace poco ha sido la actuación del equipo nacional en el Mundial, en él, tras muchas competiciones (diría que más de las esperadas a priori), España se ha quedado fuera de la parte de arriba de la clasificación, ¿decepción?, llevamos tanto tiempo acostumbrados a lo bueno, que reconocer que la selección no está formada por superhéroes puede traer cierta depresión, pero sin meterme en le tema de patronales directivas, ligas, jugadores de formación, nacionales, extranjeros, comunitarios, cupos, etcétera, más allá de los que tengan la suerte de vestirse de rojo, el trabajo y la dirección de Sergio Scariolo sigue estando fuera de toda duda.

Habrá que cuidar a Juan Núñez, Izan Almansa, Aday Mara, Mario Saint-Supéry y otros sonoros nombres en las exitosas categorías inferiores, para intentar que repitan cuándo ya no tengan el protector paraguas del límite de edad, y aún así no habrá garantías, pero intentar ligar por más tiempo el nombre del entrenador italiano me parece casi tan importante.

Está claro que este “malagueño de Brescia” no es infalible, que ya tuvo partes de su carrera menos exitosos, pero no puedo olvidar a algún iluminado directivo cajista que aprovechaba para decirme airado que “tú mucho defender al italiano, y no era para tanto”, a poco de llegar a Málaga.

A Sergio Scariolo quizá le pueda poner en duda la capacidad de hacer milagros, y no en todas las competiciones, pero la verdad, es que no sólo me ofrece todas las garantías del mundo, sino que a él siempre lo tengo presente si recuerdo a los entrenadores que merecen la pena, y de aquel directivo, tengo serias dificultades en recordar su nombre y apellido. Yo sí que tengo claro quiénes son los que importan.

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