¿Hablará Diego Alatriste?

10 Mar

Tomarse un rato de análisis sobre este Unicaja que siempre nos ocupa y que a día de hoy merece más de un rato de reflexión, nos va a conducir casi sin solución alguna a dejar muchos frentes abiertos y, sobre todo, a ser muy cautos en cualquier mínima opinión.
Llega el Unicaja al tramo decisivo de la temporada habiendo contado sólo en catorce partidos de un total de cuarenta y dos disputados con toda la plantilla sana, resumiendo, uno de cada tres encuentros se ha jugado con alguna ausencia, de un lado, ahora estamos felicitándonos, porque los repuestos de los averiados han venido de manera rápida y ágil y el rendimiento que se está observando al menos no genera mayor intranquilidad, aunque no hay que perder de vista en este mínimo razonamiento que las competiciones son diferentes, con reglas distintas y que tienen una exigencia y unos objetivos que no son similares.
Esta situación que provoca tener plantillas diferentes en la Liga ACB y en lo que quede de Eurocup descuadra y mucho, sobre todo, porque se supone que para el próximo compromiso en España hay jugadores suficientes, independientemente de la evolución de los lesionados y que Gal Mekel, Axel Bouteille y Marko Simonovic van a cubrir satisfactoriamente las bajas de Jaime Fernández, Axel Toupane, Alberto Díaz, Josh Adams y Carlos Suárez, de Dragan Milosavljevic ni hablamos, pero no debería estar fuera del balance de ausentes. Entrenar, plantear los partidos y dar respuesta a los rivales no parece tarea fácil, mucho menos planificar más allá de la sesión de entrenamiento más inmediata.
No debemos dejar de lado la incertidumbre que hay también ante la reacción de los diversos estamentos ante la epidemia del coronavirus y sus consecuencias más inmediatas. Si el calendario no sufre parones, la disputa contra los italianos de la Umana Reyer Venecia lo disputará un Unicaja que quizá pueda volver a recitar la frase que Arturo Pérez Reverte pone en boca de Diego Alatriste: “Decidle al señor Duque de Enghien que agradecemos sus palabras… Pero esto es un Tercio español”, lo mismo unos renqueantes Carlos Suárez o Alberto Díaz podrían decirlo si se sumaran para la partida.
Sin llegar al dramatismo de nuestros tercios en Rocroi, habrá que ver quiénes llegan, en qué forma, si la eliminatoria se juega en Venecia y en Málaga, a puerta cerrada o incluso si se juega en las fechas establecidas, porque las dudas sobre el estado y composición del plantel cajista se queda en nada al lado de las noticias que transmiten que las autoridades italianas prohíben las actividades deportivas, así como la entrada y salida de personas de la región del Véneto plantea que ni se juegue a puerta cerrada en el Palasport Taliercio, ni siquiera en terreno neutral.
Mientras tanto, pese a las tres derrotas que se encadenaron, los que resisten identifican qué se les pide en este sitio, los nuevos son recibidos al “estilo Málaga” que tan bueno es para el visitante, y hemos visto en el transcurso de esta temporada que algo que se le ha reprochado hasta la saciedad al club se ha mejorado, un problema real de reflejos a la hora de reaccionar, las llegadas de Axel Toupane en su momento, Darío Brizuela, Marko Simonovic, Axel Bouteille y Gal Mekel darán mejor o peor rendimiento, pero al menos se ha visto una capacidad de reacción que, a base de recibir un sopapo de inacción tras otro a lo largo de los años, es la que se esperaba de una institución con tantas cosas buenas, que terminaban olvidándose por algunas actuaciones.
Al final, sin saber cómo acabará todo esto, tal vez debamos tomarnos las cosas como van viniendo, y que con las cosas buenas y malas, somos como el Tercio español que mencionaba el Capitán Alatriste, con todo su honor y toda su miseria, la ventaja es que está en nuestra propia mano acrecentar uno y alejar otra.

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