Una respuesta ágil.

27 Ago

Algo que que tienen los equipos grandes es una seña de identidad propia, todos tenemos en la cabeza cosas que identifican a las entidades importantes del deporte que van más allá de los títulos o de los presupuestos más o menos grandes. Esto varía con el paso del tiempo, no siempre se está de esta forma de manera invariable, pero casi siempre se vuelve al origen.
Aquí en Málaga, hemos visto como con el paso del tiempo, el nivel de exigencia, y sobre todo el de ambición se rebajaba, dando por buenos una serie de objetivos que estaban muy por debajo de la historia más inmediata y reciente del club, se nos ha intentado vender que el listón estaba donde siempre y sólo cuándo la competición y los resultados ponían al equipo en esa zona tibia e insípida determinada como buena al poner en danza desde los medios locales el presupuesto real. Eso era siempre en comparación con los de años anteriores más que con los otros rivales con los que en su día se peleaba, algo que hemos sufrido varios años.
Tradicionalmente, el entrenador ha sido imprescindible a la hora de marcar el nivel de ambición de este club, sin perder de vista el nivel de egoísmo imprescindible en ese tipo de figura, siempre que el inquilino del banquillo ha “apretado” a los despachos para ser más exigentes le ha venido mejor al club.
Este verano, el cambio vivido por sorpresa con la dimisión de Carlos Jiménez y la vuelta –transitoria, no olvidemos- de Manolo Rubia a la dirección deportiva, ha sido uno de los momentos importantes que era imprescindible resolver de manera rápida, y el resultado está ahí, no sé si la plantilla que ha quedado configurada es decisión de uno o de otro (o de esa terna formada por Presidente-Entrenador-Director Deportivo como dice Eduardo García), pero el éxito de los que vistan la camiseta verde será el de todos.
Con el desgraciado hecho que supuso la lesión de Dragan Milosavljevic, hemos asistido a algo poco habitual en los últimos años de este club, un fichaje rápido y sin sensación de haber puesto un parche, sino que se realiza una apuesta sensata y ágil con la llegada de Axel Toupane. No sé si esto supone un cambio sustancial, o que, aún estando en la misma senda, simplemente con unas pocas modificaciones la cosa mejorará de forma palpable.
El retoque final deja un plantel con jugadores que suscitan más de una duda y que tienen sobre ellos mucha carga de responsabilidad, habrá que ver cómo de rápido se adaptan los debutantes, y este año hay varios que no conocen España (Adams, Avramovic, Ejim, Elegar y Toupane), pero como viene siendo habitual, al final en gran medida serán los nacionales los que desde este inicio de la pretemporada serán capitales en su integración, no sólo esas dos figuras que derrochan intangibles, tanto en cancha como fuera de ella como son Alberto Díaz y Carlos Suárez, especialmente espero mucho de Jaime Fernández, y mucho más ahora con un descarte a última hora de la selección, cosa que no se toma igual si la salida es entre los primeros descartes. La recuperación anímica está ahora en primer lugar, pero tras renovar el pasado año, creo que es el más importante en una plantilla que ha ilusionado mucho más que las anteriores y no creo que tenga un coste muy superior.
Del rendimiento que terminen dando los catorce jugadores a las órdenes de Luis Casimiro Palomo dependerá la impresión que nos llevemos al final, de entrada, la que yo tengo es que, este conjunto necesitará un mandato más férreo desde el banquillo por parte del entrenador manchego, la idea de juego del Unicaja 2019/2020 va a verse plasmada con hombres que pueden estar en varias posiciones, parejas que puedan sonarnos raras en cancha, van a estar de forma simultánea y que van a ser los que le den algo más que diferencie e impulse a esta plantilla a algo que se lleva mucho tiempo esperando.
En una temporada que se antoja extraña, dónde la ACB no va a tener ni de lejos la misma importancia, ni el mismo peso en cuanto a los objetivos, que clasificarse para la Copa del Rey ya está conseguido, y que sólo quedando primero o segundo en la Eurocup se va a poder volver a la Euroliga, lo que se espera es mucho, o al menos, bastante más que en años anteriores.

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