Sumergidos en el primer tramo de la preparación de la selección española, este pasado fin de semana vivimos en Málaga el torneo que trajo un par de entrenamientos para el equipo de Sergio Scariolo y el debut de Deon Thompson con una selección, la de Costa de Marfil, qué recuerdo ver en el Mundial de 1986 en Ciudad Jardín.
Aquella vez «Los Elefantes», que era el apodo del equipo africano que actuaba como simple comparsa en un torneo que en el grupo de Málaga, tuvo además a Estados Unidos, Italia, la República Federal de Alemania, China y Puerto Rico. Ahora, el nuevo jugador del Unicaja tuvo una buena actuación en un torneo de poco nivel, por otra parte.
De un tiempo para acá, la preparación del equipo nacional tiene más de márketing que de preparación, y comulgamos con ello sin poner la mínima pega. Al ser la competición en China, coincidir con los Juegos Panamericanos tampoco ha ayudado a conseguir rivales de mínimo nivel, pero decir que el torneo de Málaga ha quedado flojito, es quedarse corto.
Durante el mismo, hemos tenido la noticia del fallecimiento con 60 años de Cándido Antonio Sibilio Hughes, el gran Chicho Sibilio, pieza capital del FC Barcelona, de los inicios de la ACB y del cambio del por entonces Taugrés Baskonia, pasando la escuadra vitoriana de ser un equipo de mitad de tabla a una de las incomodidades de los grandes.
La figura del alero dominicano iba más allá de la cancha, un tipo que como jugador ayudó a sus equipos a salir del tono medio para subir al de escuadras importantes. Antes, teniendo un alero de más de dos metros, si encima tiraba y ayudaba en el rebote, tenías en el equipo algo que marcaba la diferencia. Colosal aportación la que tuvo en el mejor FC Barcelona previo a los triunfos en Euroliga, junto con Epi, Juan Domingo de la Cruz, Audie Norris e Ignacio Solozábal formó parte de un grupo inolvidable que tenemos en la memoria.
Más allá de la clase y el talento que tuvo como jugador, porque era un toque de distinción, siempre tuvo un halo de conflicto con su persona. Recomiendo que vean el «Informe Robinson» que Movistar+ le dedicó en su día, donde se marchaba incluso de su propio cumpleaños y recordaba la relación amor-odio que tenía con Aíto García Reneses. El madrileño (como no podía ser de otra forma), lo «castigaba» a entrenamientos tras acabar la temporada, cuándo él quería volver a casa con su familia, aún reconociendo que fue el mejor entrenador que tuvo, también manifestaba quejas sobre su trato. Su pérdida nos deja peor, más tristes.
Con Sibilio, recuerdo que me sorprendió, quizás por ser la primera vez, ver cómo un jugador renunciaba a la selección, una vez se despejó la idea de querer usarlo también de pívot bajo por parte de Antonio Díaz-Miguel. Tener o no al azulgrana daba una configuración y unas posibilidades muy diferentes, pero tener cada verano la duda sobre si iría o no, cuando tenía sitio fijo descuadraba.
Con el paso del tiempo, casos como los de Fran Vázquez, Pau Gasol, Ricky Rubio, Sergio Rodríguez, Serge Ibaka, Nikola Mirotic o Marc Gasol, que han renunciado a acudir con la selección voluntariamente o forzados por sus circunstancias, han hecho que incluyamos una duda cada verano cuándo se piensa en el elenco a presentar cara a las competiciones internacionales.
Eso de las ausencias de las selecciones se ha hecho demasiado habitual, en España hemos pasado de lamentar la reglamentación que impedía tener a más de un nacionalizado, intentando meter juntos a Ibaka o Mirotic, a no tener a ninguno de los dos sin lesiones de por medio.
La vida institucional de nuestro deporte con una pelea perpetua de todo el mundo por debajo de la NBA cansa, y lo mismo por eso, echo de menos épocas en las que al acabar la temporada, jugaba la selección con los mejores, sin dudas por llevarte o no a los que han sacado las castañas del fuego en ese engendro llamado «ventanas FIBA». Después había un descanso antes de empezar la pretemporada, no como ahora, que aparece Pedro Martínez diciendo lo que todos sabemos: que preparar un equipo a plazos, dando entrada a jugadores con cuatro o cinco entrenamientos antes del comienzo oficial de la competición es algo inviable, yo diría algo más, es algo que no debería tolerarse.