Una de las constantes que nos hemos encontrado en esta época es que dependemos de esa enciclopedia bastarda de nuestra vida que son las redes sociales. No vale decir que no estamos en tal o cual red, aún sin quererlo anda uno dando vueltas por el ciberespacio y de vez en cuando algún recuerdo vuelve de la mano de Mr. Zuckerberg o cualquier otro, pero ahí está, latente y con vida propia.
Esta semana pasada, junto con la despedida de la temporada 2018/2019 del Unicaja, me han aparecido unas declaraciones del presidente del club, Eduardo García, el cual hace años decía esto: «El primer paso que debemos dar es contagiar la ilusión a cada una de las personas que siente al Unicaja, a nuestros aficionados, a los más críticos y a los más fieles, a todos sin excepción».
He rescatado estas declaraciones para unirlas a las que hemos tenido durante este curso recién acabado por parte de personas con mayor o menor responsabilidad y representatividad en el club. Se pueden unir perfectamente a aquellas de Carlos Jiménez (director Deportivo): «La Euroliga es más una ilusión que un objetivo dentro del club», las de Germán Gabriel (director Técnico de Cantera): «La idea de que la cantera tiene que proveer de jugadores al primer equipo es irreal» o las de Luis Casimiro Palomo (entrenador): «La temporada ha sido buena; hemos tenido un 60% de victorias».
Más o menos, éste ha sido el relato cronológico del mensaje que se nos ha transmitido desde el club este año. Todos lo esperábamos con muchísimas ganas y comenzó casi de carta a los Reyes Magos, pero al paso del calendario fue oscureciéndose y teniendo momentos realmente grises, de la mano de lo que parte del equipo transmitía y que salvo en gran parte del play off, dejó un gusto agridulce.
Pese a la respetable opinión del entrenador, no estoy de acuerdo con él, y creo que no soy el único, pero claro, todo esto es subjetivo. Coincido en que las lesiones merman el rendimiento del grupo, pero son tan consustanciales al juego como el balón o los árbitros. ¿O no ha habido averías en otros equipos? Pero creo que el problema no ha estado ahí, sino en la poca solidez y la falta de rendimiento en los partidos cruciales, porque hasta llegar al play off ACB, ¿qué hemos tenido? ¿el partido del Real Madrid en Málaga y el del Iberostar en Tenerife?, que cada uno haga su lista.
Aún sin mencionar las declaraciones que he puesto al iniciar esta columna y que hacen buena la frase de Aristóteles que dice que «uno es esclavo de sus palabras y dueño de su silencio», creo firmemente que el fin de esta temporada merece un asentamiento o verbalización de la idea de club que desde dentro del mismo se tiene. Dejar claro que los rivales ya no están en el grupo de Real Madrid, FC Barcelona, Baskonia y Valencia, porque el Club Baloncesto Málaga no ha sabido aguantar el ritmo impuesto por la competición y el entorno y se ha descolgado por méritos propios. Que ahora hay que pelear contra Gran Canaria, Joventut, Canarias o Zaragoza, y ahí estamos hablando de rivales que coinciden en el presupuesto malagueño sólo en que está en euros, pero si no se les dobla en el mismo, poco falta.
Ante este escenario, parte del trabajo hay que encauzarlo para que se modifique el discurso sobre la cantera, ¿añadiendo a Rubén Guerrero a la plantilla?, ¿apostando de manera real y tangible por un Francis Alonso que tiene sitio propio en la misma? El trabajo de devolver al club a Euroliga ha de ser algo más que la excusa que se vierte desde dentro disfrazada de falsa ilusión. Significa ser algo más que serios y formales a la hora de fichar jugadores. Hay que anticiparse y ser ocurrentes, hay que ser algo más que una plaza fiable en el pago para los agentes que negocian con el Unicaja. Pongo un ejemplo, sale el rumor sobre que Quino Colom negocia con Valencia. El base andorrano, que el año pasado jugó en un recién ascendido turco, ya tuvo problemas de pago en enero, entonces era el momento de haber acudido a él, porque ya se sabía en gran medida el rendimiento de Brian Roberts y que, ya fuera en Euroliga o Eurocup, era un jugador de garantías para respaldar a Alberto Díaz. Ahora es fácil hacer una lista de jugadores que no van a venir porque la situación actual aleja de Málaga a cualquier jugador con aspiraciones de élite continental.
Por último, vuelvo a lo que dijo el presidente, y no es otra cosa que rescatar para la causa a todo aquel que siente este equipo. Entre el aficionado hay muy poco recién llegado. Y demostrar que sigue siendo la casa de todos, de los que asienten o de los que protestan, de los conformistas o de los críticos es algo que no sólo hay que tener claro, sino que desde dentro tendría que ponerse en valor.
Cosas de griegos.
11
Jun