Empezamos.

25 Sep

Está en la naturaleza humana tener dudas ante las situaciones que se le avecinan. Si nos paramos a analizar al Unicaja 2018/2019, con sus cambios y con las actuaciones que ha tenido en pretemporada, no creo que sea necesario despojarnos de instinto animal, fría analítica u objetividad autoimpuesta para que las dudas surjan. La victoria del domingo ante el Real Betis Energía Plus ha de tener el mismo peso en la pretemporada que la derrota ante el Real Madrid, un escalón más en los pasos a dar para la preparación de la temporada que comienza el viernes y que va a ser dura y complicada.
No tengo dudas por las cuatro derrotas del equipo en los seis encuentros disputados, tengo dudas porque aún en la hipótesis de un pleno de victorias con una aportación angelical de cualquiera de los chicos que se vistieron de verde también me las habrían suscitado. Tengo dudas porque con la simpleza de activarse los ascensos y los descensos (algo que puede parecer tan obvio pero que está a nivel unicornio en el baloncesto profesional), me da la impresión que la clase media de la ACB está con un nivel mayor de competitividad y, sobre todo y algo que lamento, que el desequilibrio con los equipos grandes que están al margen de las reglas que sí valen para los demás es cada vez mayor.
Un solo detalle: hace unos días se publicó que el gasto del Real Madrid el pasado curso, una vez incluidos los premios por títulos y el total de las partidas presupuestarias, casi llegó a cuarenta millones de euros. L tentación de incluir el calificativo indecente es alta, pero mayor es aún pensar que no es sino la tendencia hacia la cual van esos equipos con los que se quiere y se intenta competir, algo a todas luces digno de ilusos.
A mi modo de ver, aunque el deseo de todos sea que el Unicaja vuelva a la Euroliga 2019/2020, sea camino ACB o Eurocup, para ello la pelea se me antoja muy complicada, porque los rivales están en un nivel de mayor competitividad y porque creo que el escalón que en realidad ocupa el club malagueño está más en lidiar con Herbalife Gran Canaria, Iberostar Tenerife u otra sorpresa inesperada que en querer asaltar al Valencia Básket que, por mucho que queramos repetir que se va luchar por las semifinales ACB con los futboleros y el Kirolbet Baskonia.
Para ello, discursos que pueda oír al margen y teniendo muy en cuenta que esto es sólo y exclusivamente mi opinión personal, creo que Luis Casimiro tiene en sus manos un grupo de jugadores que de manera obligatoria tiene que estar en trayectoria ascendente con respecto a lo que hicieron anteriormente. No sólo porque la gran mayoría sean jóvenes y necesariamente hayan de seguir progresando, sino porque la exigencia que ha de tener su trayectoria profesional necesita que mejoren lo realizado el año pasado.
En ese mensaje incluyo a la docena de jugadores que va a manejar el entrenador de Villamayor de Calatrava y a él mismo, porque si bien todos tenemos claro que la llegada tuvo que haber sido anteriormente por las circunstancias que se dieron en su momento y por el error que significó la estancia de Jasmin Repesa en Málaga, la oportunidad que tiene el entrenador va a demandar que el grupo dé lo mejor de sí mismos. Y no tengo muy claro con qué resultado va a quedarse conforme la dirección y el entorno de la entidad de Los Guindos.
En todo esto de tener dudas, creo que lo mejor y lo más eficaz es afrontar ya el asunto a gestionar: en todos los aspectos es lo que más libera. Para ello, lo cierto es que al Unicaja no se lo han puesto muy fácil con el inicio de las competiciones, porque no hay que olvidar que en diez días caen cuatro partidos entre ACB y Eurocup, y hay que enfrentarse a Valencia Básket en casa, y visitar a Rytas Vilnius, Montakit Fuenlabrada y Real Madrid. Al fin y al cabo es lo que decía antes: para despejar dudas y miedos, que venga todo esto ya. Que, además, se echaba de menos.

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