Un equipo de fábula

7 Nov

El transcurso de la Liga ACB 2016/2017 ha consumido el primer mes de competición, con el paso del mismo, la situación dónde ha de encontrarse el Unicaja está colocándolo en un lugar que desde luego no era el deseado por parte de nadie.

Ahora que el equipo malagueño está fuera de la elite europea al quedar al margen de la Euroliga que se disputa en el formato todos contra todos, y tras ver varios encuentros de la primera competición y los partidos que ha disputado el conjunto malagueño, las aspiraciones y la situación del equipo va a haber que recolocarla con el tiempo y el paso de la competición. Aparte de la idea que justifica que se esté jugando la segunda competición y no la primera.

Con eso de jugar la Eurocup, fuera de la ruta los acorazados tipo CSKA, Maccabi, Panathinaikos u Olympiacos, alguien seguro que podía creer que a poco que los chicos de Joan Plaza se centraran, la cosa iba a rodar perfectamente, pero hete aquí que la situación va y coloca a cada uno en su sitio. Y menos mal que los deberes intersemanales no conllevan la dosis de veneno que supone jugar en la Euroliga, porque ahí no hay rivales, hay depredadores. No es que lo que se esté encontrando el Unicaja se lo esté poniendo fácil, pero viendo situaciones vividas, como en Murcia, en un partido en el que los locales, sin el mejor jugador de su plantilla y sólo con un jugador de corte normalito, pero sobrado de agresividad y ambición como Sadiel Rojas, se basta para meter miedo a la plantilla cajista, no es alentador. Y eso se refrendó el domingo en Badalona, donde cualquier parecido con lo vivido anteriormente parece una burla cruel para el club verdinegro. Pero las ganas y la voluntad bastaron para que los jugadores del abanico en el pecho dieran todo el aire a los del criticado Diego Ocampo. Y repitieron una situación a la de Murcia, similar a la fábula de la liebre y la tortuga, no bastó y el equipo cosecha otra derrota ganada a pulso.

Es muy difícil no enojarse viendo la actuación del equipo, al menos en estos dos últimos partidos. Y vale que no hay nada en la vida que sea arrancar, poner la máxima velocidad y seguir así todo el camino, pero es descorazonador ver un partido y quedarte con la idea de que a poco de haberle puesto un mínimo de intensidad, regularidad o ganas, las dos derrotas de esta semana pasada se hubieran evitado.

Tradicionalmente, la prudencia dice que hay que esperar a diciembre para ver las posibilidades del equipo. Ver más o menos hasta dónde pueden llegar, pero de momento parece que esa teoría de volver rápido hay que dejarla de lado, porque lo que transmite el plantel actual es que no está en situación de reivindicar estar arriba por méritos propios.

De momento, eso del equipo que competía siempre, que mantenía la concentración de forma permanente y que transmitía solidez incluso en las derrotas es algo que no se ha ganado la plantilla actual. Y aunque todo esté aún demasiado tierno para emitir cualquier juicio, este grupo transmite mucha fragilidad. De entrada, tiene que quitarse la sombra de no saber si la versión que se va a ver es bastante para triunfar ante los rivales calificados de «ganables» y esté capacitado para intentar atacar las posiciones de los de arriba, esos que antes eran mirados a los ojos.

Creer en este equipo se puede tomar como obligación o no, pero es el nuestro, desde luego. Se han visto mejores versiones, como en las que participaron dos de los ilustres que han elegido esta semana para abandonar la práctica profesional de nuestro deporte, como son Germán Gabriel y Ricardo Guillén. Ambos pívots, ambos con buena mano, con mejores movimientos cerca del aro, grandes conocedores del juego y canteranos que para mi gusto jugaron demasiados partidos con camisetas distintas a las de Unicaja. Hace unas semanas titulaba mi columna «Un poco más huérfanos» y no conocía las retiradas de ellos dos. Creo que necesitamos que este equipo juegue bien, porque les deseo lo mejor a Germán y Ricardo, pero hace falta que nos animen, y que las fábulas que nos cuenten, terminen bien, va haciendo falta.

Una respuesta a «Un equipo de fábula»

  1. Una temporada mas una pena, hay jugadores que les ha faltado tiempo para acomodarse, ver la playa, los espectos, los chiringuitos y echarse a sestear,coo o hay nadie que pegue dos voces en el club pues estos jugadores campan a sus anchas, otra temporada mas tirada al cubo, como el miercoles les de de nuevo por hacer el payaso se va a liar, veremos que eligen los señores si jugar o de nuevo hacer el vago.

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