Se acabó el curso 2015/2016 para nuestro Unicaja, ya fuera de competición al perder el playoff ante el Valencia Básket en dos partidos.
Voy a tomarle prestada la idea al entrenador Joan Plaza, y dejaré el análisis de la temporada para otro martes, prefiero tomarme mi tiempo y ver con algo más de perspectiva qué se ha hecho y qué nota merece cada uno.
Sobre la efímera participación del equipo malagueño en el playoff tengo sentimientos encontrados, sobre el partido del viernes, al acabar la retransmisión en la Cadena Cope me fui con la sensación que pudo ganar cualquiera, pero que la oportunidad se había perdido. No porque el equipo local estuviera muy mal (no es el caso), sino porque los chicos de Joan Plaza atravesaron momentos de acierto realmente alto, eso de cosechar un 54% en triples, con un 13 de 24 no había sido lo habitual, ni parecido a lo que se había conseguido en liga regular. Que apareciera John Shurna, o que antes Fernando San Emeterio y Rafa Martínez sostuvieran a los de Pedro Martínez no me pareció una sorpresa, obviar la peligrosidad y la calidad de un equipo que ha sido la sensación en gran parte de la temporada me parece algo infantil.
El domingo tres cosas: el rival fue netamente superior a Unicaja, los árbitros dejaron demasiado claro que el nivel no da para tres jueces con la preparación requerida para lo que exige la competición (miedo me da lo que podemos encontrar en el futuro) y ha quedado muy claro que la afición malagueña ni es numerosa ni escasa, es la que es, pero fiel y apasionada.
De lo primero, nada que añadir, los números están ahí. De lo segundo, menos, es tan aburrido… y de lo tercero he de mencionar que lo que se vivió al final del partido me dio una gran alegría, porque la vuelta de la plantilla, saludando al público como homenaje y reconocimiento mutuo fue una buena noticia, sobre todo, por el momento en que se hace y lo vivido este año, tan salpicado de sinsabores y decepciones para el aficionado, con muchos momentos amargos que se han tenido que soportar.
No puedo decir lo mismo de la impresión que me llevé al llegar al Palacio de los Deportes, pese a lo trillado que está el argumento del factor cancha y todo eso, una idea que se demostró en el partido del viernes, es que el público de Valencia puso todo de su parte para que el Unicaja estuviera todo lo incómodo que fuera posible. Que ante el que podía ser –y lamentablemente se confirmó- el último partido de baloncesto ACB en Málaga en la temporada el coso del Club Baloncesto Málaga no estuviera lleno me parece que no habla bien de la autobautizada “mejor afición de Europa”, o al menos así se le denominaba. Vale que la estadística oficial dice que hubo nueve espectadores de diferencia entre un partido y otro, pero no me vale, el domingo iba más preparado para la posibilidad de una derrota que para ver asientos vacíos en la grada, y el Pabellón Fuente de San Luís es más pequeño que el de aquí. En Málaga somos muy acérrimos “de boquilla”, mucho de golpes de pecho, de bramar contra injusticias y todo eso que ahora se denomina postureo, pero a la hora de la verdad, la masa social real no ha crecido de la manera que se esperaba, o por lo menos lo que creía al tener dos temporadas que mejoraban sustancialmente el rendimiento del equipo.
Será algo que tendrá que mejorarse para el año que viene, éste ya no da más de sí, y ya que he aplazado el análisis de otras cosas, está claro que la asignatura público, aunque se ha mejorado, hay que seguir trabajando para su recuperación total, mientras tanto, mi reconocimiento y sentida felicitación a aquellos que, como me pasa a mí también, estaban allí a pesar de ser el día del Corpus, ser la resaca de la final de la Champions (que vaya ladrillo, por cierto), estar ideal el día de playa, ser fechas de comuniones o tener todas las excusas necesarias, pero si juega el Unicaja hay que ir, porque es nuestro equipo, de los que estamos desde los setenta, de los que llegaron más tarde, de los que nos cabreamos con cosas y volvemos aunque salgamos aún más enojados, de los que vamos porque queremos, no porque nadie nos obligue, y sobre todo porque es de todos nosotros, y nadie nos lo puede quitar.
Enhorabuena por el artículo.
Un valenciano del Valencia Basket
Muchas gracias y enhorabuena por la temporada, aún cayendo en semifinales frente al Real Madrid, no puede desdeñarse lo que ha hecho vuestro equipo, mucha suerte y la temporada próxima espero ver más duelos interesantes. Gracias por seguirme.