Simplificar

13 Ene

Si tuviera que reducir de forma sensible el formato de mi columna, me limitaría a decir que el Unicaja ha de resolver ese problema que tiene para cerrar partidos cuando lleva ventaja en el marcador y se enfrenta a un rival que cree en sus posibilidades para remontar y termina confirmándolas. Con esto bastaría, aunque pensándolo mejor, quizá todo no pueda simplificarse a resolver cómo cerrar los encuentros. Pero de forma inmediata, se le están dando demasiadas vueltas a esa situación que va camino de ser un problema. ¿Realmente va camino de ser un problema? No tendría por qué, pero las competiciones que disfrutamos en Málaga son tan crueles que no admiten los errores que se van cometiendo, y entre ellos están la bajada de intensidad o la falta de la fortaleza necesaria para ser capaces de afrontar los envites que lanzan los contrarios cuando se ven superados en el marcador.

Nada está fuera del guión. En la normalidad de la competición está saber que ningún equipo va a entregar la victoria sin pelear o quemar sus últimas posibilidades, fuera de casa mucho más. Y el problema viene porque de momento no se ha resuelto la circunstancia que ha provocado cosechar derrotas que dejan la sensación de estar repitiendo errores, y no es buena situación. Aunque el equipo está más vivo que nunca en todas las competiciones y sigue siendo de los rivales más incómodos que cualquiera se puede imaginar para la Copa es un grupo que necesita de la aportación máxima de todos sus miembros. No vale que tiren del carro varias piezas y otras no estén por las situaciones que sean. La plantilla no da para tanto. De acuerdo que las ausencias por lesión no se pueden evitar, pero bajones de rendimiento durante los partidos es un lujo que la competición castiga y que el plantel no puede permitirse.

Es simple, pero estar tan arriba te autoimpone un ritmo frenético, no admite balances como el que presenta el equipo, con ocho derrotas en los últimos nueve partidos de Euroliga, obligando a un esfuerzo aún más importante para poder optar a estar en el play off. Con todo, y aunque no gusta ver al equipo perder y la preocupación puede aparecer, los momentos que están dejando los chicos de Joan Plaza no son para dejarlos pasar, sin ir más allá de los partidos del último fin de semana. El primer tiempo de Estambul ha sido una demostración de gran juego; y del partido del Palau se puede decir lo mismo, además con la épica del desenlace, que salió cruz, pero es lo bonito y lo doloroso de este deporte.

De todo esto, quizá lo que más lamento es que el autor de la canasta final hubiera podido ser perfectamente el icono del Club Baloncesto Málaga y la imagen perfecta para reenganchar al público. Lo recuerdo ahora y lo he hecho en otras ocasiones, y no porque Álex Abrines consiga un triple con una gran dosis de suerte –recibiendo además una clara falta de Stefansson–, sino porque identificar al equipo con la afición hubiera sido mucho más fácil con la imagen de alguien joven, que hubiera llegado al primer equipo desde el filial, español y que no tuviera como único objetivo salir corriendo para la NBA aunque el balear termine haciéndolo. Sobre la salida de Abrines de Málaga tenemos una versión oficial y una leyenda urbana detrás, ojalá fuera tan fácil simplificar y culpar de la marcha al dinero exigido, nos haría mucho más felices. Que cada uno escoja.

No estoy triste por la derrota en Barcelona. Más triste me pareció lo ofrecido por el Clínicas Rincón. Tiene que doler en el segundo equipo que la imagen vista durante varios partidos esté tan lejos de la ilusión, el trabajo y el esfuerzo puestos en juego. Pero además, que el cinco inicial que ha de ser vivero de un autodenominado club de cantera lo compongan cinco extranjeros me entristece, sobre todo porque me hace pensar dónde está la verdad de un deporte que no sabe sobrevivir sin recurrir a extranjeros semiprofesionales también en categorías inferiores. Encontrar soluciones a los males que aquejan al primer equipo en algunos partidos, haber gestionado de manera menos desacertada el problema que significó Abrines, arreglar la mala temporada del Clínicas o la proliferación de extranjeros a partir de cadetes no parece una tarea simple. Y es una pena, porque nos procuraría una felicidad más que inmediata.

PD: Aquí hablo de baloncesto, no estoy para meterme en más jardines, pero sucesos como los vividos en Francia no pueden dejarnos indiferentes. La libertad de expresión es tan básica que no puede permitirse que se reprima de la forma que sea, ya que ir contra la opinión que manifieste otro porque moleste, mata la base de la raza humana: significa no dejar que lo que pensamos se pueda compartir, y nadie puede tener ese poder.

2 respuestas a «Simplificar»

  1. Enlazo un muy interesante análisis de un forero sobre el partido contra el Anadolu Efes … en el que argumenta con razones en las que los profanos no solemos reparar … que, a su entender, fué algo más que una ‘bajada de intensidad’ : ( http://bit.ly/1BWdQXB )

    Reconozco que no conocía de la existencia de la leyenda urbana que explicara por qué se fué Álex Abrines. Podré elegir entre la versión oficial y la extra-oficial … cuando alguien se digne a hacerlo público de forma más ó menos ortodoxa … mientras tanto sólo dispongo de la versión oficial. Tengo la sensación de que no soy el único que se encuentra en esta situación …

    Respecto al Clínicas Rincón y los canteranos ‘no españoles’ … podríamos disponer de dos jugadores españoles titulares indiscutibles en el equipo vinculado, posiblemente tres … pero ellos mismos decidieron irse, abandonaron el proyecto y cruzaron el charco … … efectivamente, Francis Alonso, Rubén Guerrero y Victor Ruiz abandonaron …
    Paradójicamente, es posible que los ‘no españoles’ afronten más trabas normativas para hacer lo propio, ya que al venir desde fuera probablemente estén recibiendo algún tipo de dieta ó beca … algo que en la NCAA se penaliza en extremo …

    Un saludo.

    Pd.- Veo que Joan Plaza (entrenador de baloncesto y escritor) , a fuerza de repetir la expresión, ha conseguido extenderlo … A mí, sin embargo, me hace tanto daño a la vista, que no puedo evitar el siguiente apunte : los humanos no somos ninguna ‘raza’ … somos una ‘especie’ …

  2. De entrada, mi agradecimiento Sr. o Sra. Mar0 por perder un rato en leerme y además en responder. ES un placer y un honor.
    Muy bueno el análisis del foro que me enlazó y que diseccionaba el partido de Estambul, tengo la teoría particular que dejar ciertas libertades a los jugadores cuando no tienen un gran talento puede ser contraproducente, a lo mejor, espero mayor “intervencionismo” por parte del entrenador, pero es sólo una opinión.
    Sobre el tema de Abrines, al menos por lo que sé, me parece que es la plasmación de una gestión hecha de forma pésima por gente ajena al mundo del baloncesto y ya se sabe: “zapatero, a tus zapatos”, aunque se haya vendido que el niño se fue sólo y exclusivamente por pasta (falso).
    Lo del Clínicas es el reflejo de la situación del baloncesto a nivel nacional -no sólo aquí-, para este club debe ser preocupante que gente como Guerrero o Ruíz de Carranza abandonen el barco siendo de Málaga es grave, pero que Alonso, hijo de un histórico que además es entrenador de la cantera, es para revisar si el proyecto que se ofrece no es una apuesta fallida, al menos con este formato. La proliferación de no españoles está generalizada en todos los clubs, pero es porque quienes surten de jugadores son los agentes, que de entrada han de rentabilizar al jugador, si luego es bueno y sube peldaños (ACB, Euroliga, NBA…) una pasada, de entrada, con una inversión mínima, el premio puede ser muy grande. Si de entrada se le une que han de pasar un examen de aptitud académica y además hay unos gastos previos, creo que hoy por hoy, es más rentable España que USA.
    Muchas gracias otra vez, y hasta la próxima. Saludos.

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