Actos de fe

1 Abr
La travesía es dura. Es complicado llevar dos competiciones que no se caracterizan por la piedad que puedan tener con sus participantes. En el caso del Unicaja, la racha de cinco derrotas consecutivas, con la caída en cuanto a expectativas deportivas, ha tenido de la mano el atisbo de crisis. Pese a que en la gran mayoría de ellas el equipo ha dado la cara y ha puesto sobre el parquet todas las ganas del mundo, el nivel de rendimiento que se tenía en los partidos anteriores dejaba a las claras que había equipo para unos objetivos que quedaban fuera del horizonte marcado y por el que se peleaba. ¿Qué alejaba al grupo de lo que se pretendía conseguir? Tal vez habría que plantearse por qué el equipo endereza el rumbo con un partido completo frente al Laboral Kutxa de Sergio Scariolo.
Es normal decir que los vascos no son los que metían miedo hace unos años, que si la actual plantilla de Querejeta tendría que hablarle de usted a los Rakocevic, Scola, Splitter, Prigioni, Macijauskas… pero lo cierto es que pronosticar el partido con la racha inmediatamente anterior del Unicaja y del Baskonia era intranquilizador. Conocer al Scariolo entrenador tampoco venía bien. Esa capacidad de explotar las debilidades del contrario no debía dejarse de lado. De hecho, el partido comenzó con un Causeur protagonista tan inesperado que no creo que recuerde un inicio de partido tan glorioso como el desarrollado el domingo. Tal vez la defensa de Toolson tuviera bastante que ver, pero el equipo (que el domingo sí lo fue) malagueño se va reencontrando con la aportación tan sólo de parte de los lesionados. Que Caner-Medley pudiera figurar –aunque brevemente– en el partido tuvo la carga de importancia que necesitaba el grupo. Así, nos podemos encontrar en la versión Suárez importante aunque no anote, un Kuzminskas que entiende realmente en qué fiesta se encuentra metido, el soporte de Granger, Fran Vázquez y Stimac, de los pocos que mantienen la solidez en el tiempo y la aparición para respaldar los cimientos del juego de la plantilla de Urtasun y Calloway.
Aunque todos esperamos que el rendimiento de este Unicaja vaya mucho más hacia arriba, y para eso es imprescindible que las lesiones desaparezcan del día a día y la plantilla esté al completo (cosa que no recuerdo las pocas veces que ha ocurrido este año), sería hasta bonito poder tener los dos aleros altos rindiendo en su puesto, tener a Dragic en la versión guerrillero, con aportaciones puntuales, ya sea en la posición de escolta o alero, sin tener que alargar en exceso la presencia en cancha y que sirva para elevar el nivel de exigencia. Que Suárez aporte como alero y que su posicionamiento en el puesto de cuatro sea algo puntual, una trampa a colocar para el contrario y que ponga la versatilidad como una cualidad, no como un parche que termina siendo imprescindible por las ausencias. Teniendo en cuenta que las lesiones, no siendo de índole muscular, son algo imposible de adivinar, no hubiera estado de más haber tenido mayor agilidad y flexibilidad a la hora de resolver las ausencias, las circunstancias de esta temporada, teniendo en cuenta que la gente del entorno cree que este equipo hubiera necesitado algún jugador de refresco en la plantilla. Si el problema no es de presupuesto, como se nos ha transmitido, creo que el trabajo del plantel hubiera merecido un refuerzo. Además no me parece bueno para nada proporcionar justificaciones, aunque éstas no sean sacadas a pasear.
Está claro que cada vez que se inicia algo nos sale el espíritu del político en campaña electoral: se piensa que todo va a ir bien, que nada va a torcerse y que somos inmunes a los males que puedan aquejarnos. No contar con un plan de contingencia puede terminar sacando una foto que no es la deseada, y aunque de hecho la aportación del Clínicas Rincón desde la pretemporada ha sido digna de aplauso, no parece que bastara con eso. Pensar que el equipo no volverá a sufrir lesiones, que los jugadores van a alcanzar el nivel de juego que todos queremos (que los motivos para fichar no han de ser siempre las averías) y que esa muestra de no alcanzar el nivel que exigían las competiciones no va a repetirse es en la práctica un acto de fe. Queda el tramo final de la temporada. En Euroliga está la cosa complicada pero llegar con vida al final del grupo más difícil –de largo- del Top 16 no lo tenía yo en los planes. En la ACB, el equipo ha dado muestras de poder seguir en la pelea y se ha hecho merecedor del apoyo de la grada.

2 respuestas a «Actos de fe»

  1. Solo ha fallado el apunte de reforzar al equipo con un par de jugadores como han hecho todos los equipos, con esta actitud han destrozado al clínicas y al equipo junior que incluso tuvo que poner a jugar a paco vázquez el otro día en melilla, en fin que han querido cubrirse con los chavales y han acabado destrozando todos estos equipos, gran labor la del presi bigoton, a ver si la temporada que viene este señor ya no esta y ahi gente mas profesional del baloncesto y no gente que cree que el club es como una sucursal del banco para obtener beneficios. Saludos.

    • A veces cabe todo, aunque hay que respetar el tema espacio. Ya hablé el tema refuerzos en el anterior artículo, y hago cierta referencia aquí, lo cierto es que si el entrenador pide un refuerzo no me parece exagerado, como decía anteriormente: entre las plantillas de 20 ó 22 jugadores y ésta hay un mundo… Gracias por seguirme.

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