Aquí tenemos mucha suerte

18 Feb

Que la vida sigue está claro, no te puedes dejar llevar por la euforia de una victoria, porque viene otro partido casi inmediatamente. No puedes venirte abajo con la derrota, porque tienes otra oportunidad a la vuelta de la esquina.

Tras el bajón de la Copa del Rey, los partidos ante Panathinaikos y Cajasol asomaron como oportunidades para restablecer la senda por el camino de la ilusión, cosa que con las victorias ante los griegos y los sevillanos puede entenderse que va restableciéndose.

Sendos visitantes de nuestra cancha en estos días no son ajenos a la tan repetida crisis, sobre los atenienses, aunque no tengan el aura de convertir en oro todo lo que tocan, la plantilla armada no es desdeñable, y aunque no los veo en la Final a Cuatro, sí que los veo compitiendo para llegar a ella, es más con Argyris Pedoulakis me pasa como con Giorgos Bartzokas: sustituir a dos figurones en los banquillos como Zeljko Obradovic y Dusan Ivkovic minimiza cualquier trabajo que se haga por bueno que resulte.

Los vecinos acusan aún más el tema económico, además allí tienen algo mucho más preocupante: la vertiente institucional. Aquellos que siempre se nos han aparecido como un intento de versión sevillana de la andadura del baloncesto malagueño, contemplan las malas noticias que para ellos y para el resto del baloncesto andaluz supone que de manera efectiva la entidad que da nombre al equipo, Cajasol, desapareciera adquirida tras su integración en Banca Cívica por Caixa Bank, pasando a ser una marca subsidiaria de la entidad catalana. Ahora, la situación que se ve en el horizonte es que el grifo bancario se cierra en breve tiempo y es imprescindible para la supervivencia del baloncesto en Andalucía al margen de Málaga, que se redefina o aparezca otro padrino en el menor tiempo posible.

Si la plaza de Sevilla es una de las más valoradas a nivel ACB y es quizás la más mimada por la FEB con la concesión de eventos, aún sin reunir las mínimas condiciones a nivel de pabellones para la celebración de las mismas, lo cierto es que en rendimiento efectivo casi siempre tiene un pero.

Aunque el equipo hispalense ha conseguido llegar a finales a lo largo de su existencia (Liga ACB, Copa del Rey, Eurocup…), el arraigo social es algo que no ha terminado de solucionarse desde que el equipo se creó, pese a que Sevilla es una gran ciudad y el otrora Caja San Fernando siempre apostó por modelos de clase media-alta, con entrenadores de cierto fuste como Javier Imbroda, Pedro Martínez, Salva Maldonado, Aleksandar Petrovic o Joan Plaza, el Pabellón de San Pablo puede catalogarse en broma como el más grande del mundo, porque en muy raras veces se ha llenado.

Hablaba hace días con amigos de Sevilla y se lamentaban de la coincidencia del final casi anunciado del patrocinio bancario junto con un buen momento del nuevo modelo de equipo, con una plantilla tremendamente joven. Con sólo dos jugadores por encima de 24 años, Aíto García Reneses está desarrollando en Sevilla el trabajo que hubiéramos querido que desarrollara en Málaga, el equipo está en puestos de playoff y no estuvo en la Copa del Rey por pequeños errores que están en el ADN de rendimiento de un equipo tan bisoño. Todo bien, pero sólo para los habituales. Mucha distancia entre la masa social del equipo de baloncesto y las escuadras de fútbol. Ha habido intentonas de todos los colores para hacer crecer el número de abonados y no ha servido para nada, tal vez en una ciudad tan dual como Sevilla no tener la oportunidad de pelear con el vecino puede parecer un hándicap.

Si como parece el CDB Sevilla se queda sin la entidad bancaria que lo patrocina (se llamen como se llame) es una mala noticia para el baloncesto en general y el andaluz en particular. Aquí en Málaga, que no corremos ese peligro, podemos estar tranquilos y suspirar aliviados por seguir con la cobertura de Unicaja, algo que su mejor definición sería perpetua e indisoluble.

Una respuesta a «Aquí tenemos mucha suerte»

  1. Un nuevo articulo modelico, si señor dando en el clavo. Nadie sabe porque se le da a Sevilla una sede del Mundial sin haber realizado las obras de adecuación del pabellón y a día de hoy con solo unos pocos abonos vendidos para el Mundial, bueno todos sabemos porque se le da, por el samureicito el presi de la feb, al que le gusta mas un filete de kobe que un pastel, jejejeje. Se rumorea que de aqui al verano igual la sede de Granada renuncia pues no tiene el ayto. el dinero para realizar las obras, problema para la feb, a ver que sede designa, jeje.

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