El refranero móvil

30 Jul

Hace unos años, los coches tenían entre sus elementos algunos muy determinados: cromados, aperturas manuales de ventanillas y puertas, radiocasetes… adolecían de otras cosas como aire acondicionado, cinturones de seguridad en todos los asientos o dirección asistida, pero a cambio, eran muy comunes pegatinas en los cristales traseros con ligeras modificaciones de refranes, los de cierta edad seguro que los recordamos.

Había una de ella que decía: “El hombre propone, y la mujer dispone”, dejando aparte el lenguaje machista de la época, el mensaje que adornaba algún Simca o algún 127 de entonces podría aplicarse en lo que concierne a la confección de las plantillas del Unicaja.

¿Quién propone? La teoría dice que el entrenador, aquel que va a tener que manejar el grupo es el que determina a qué jugadores quiere, luego presupuestos, situaciones contractuales, influencias de aquellos que están en el club en según que cargos y alguna que otra circunstancia encuadrada en el capítulo “varios” termina cerrando el refrán, diciendo quién dispone finalmente aquellos que terminan formando parte del grupo.

Al llegar el cierre de la temporada 2012/2013, la celeridad y el paso firme para completar la plantilla del Unicaja dejó que casi en todos los aspectos se pensara que hablábamos de un grupo casi completo, a falta tan sólo de algún pequeño fleco que cerrar, el habitual número abultado de incorporaciones daba lugar a un plantel que parecía cerrado en las posiciones exteriores, pendiente el plano interior de solventar los repuestos de Kosta Perovic y Andy Panko.

Todo esto, claro está hasta hace poco tiempo, de unos instantes hasta ahora hay que cambiar por dentro y por fuera. Con la parquedad presupuestaria que había, gente como Zoran Dragic eran imprescindibles, más que nada porque no se podía apostar por mucho más, con Luka Zoric en plantilla, como mucho fichar un cuatro abierto y pare usted de contar. Ahora, con la salida del croata, entre lo que dejas de pagar y lo que pillas con su traspaso hay dinero para apostar por Carlos Suárez, de lo poco potable que hay en el mercado nacional (con permiso de Pablo Aguilar y Germán Gabriel), pujar por un interior que presuponga cierta garantía (¿Rafael Hettsheimeir?, ¿Xavi Rey?) y seguir pujando por un cuatro.

Se habla en todos los sitios de casi los mismos nombres, con el Unicaja fuera del circuito de la élite europea en cuanto a salarios, el destino de Málaga parece más que apetecible para aquellos que no van estar entre los posibles vecinos de Atenas, Barcelona, Estambul,  Madrid, Moscú o Tel Aviv. Volvemos a algo conocido, la necesidad de acertar a la primera, porque si seguimos oyendo que no está el presupuesto para alegrías, la red de seguridad es más pequeña y tener que dejar contento a todas las partes: entrenador, dirigentes y afición, necesita el pulso de un maestro relojero.

De lo que proponía o le proponían a Joan Plaza: la plantilla que parecía que iba a tener, a aquella que va a disponer: los cambios ya producidos, más los que nos hemos encontrado, va a traducirse en una fisonomía muy diferente, mucho más si otro movimiento está en el cambio de Augusto Lima por otro cuatro nacional. De lo que se extrae que responsable único de este equipo no creo que se pueda señalar a nadie, al final vamos a observar como rinden las propuestas de uno y lo que terminan disponiendo otros, aunque el final termine siendo como siempre: si hay victorias habrá “paternidad múltiple” del proyecto y si el resultado se parece al de años anteriores, el grupo al completo estará huérfano.

Recemos para que no sea así, sobre todo porque son demasiados años soportando malos ratos y todos nos merecemos algo mejor, mientras tanto, un servidor se toma vacaciones de esta columna y del blog de esta casa, espero que con el Eurobásket de Eslovenia, pueda seguir mereciendo tener el honor de contactar con ustedes el próximo septiembre.

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