Aún no tenemos muchos elementos de juicio sobre lo que puede ofrecer el Unicaja, pero consumidos cuatro partidos oficiales, tres de Liga Endesa y uno de Euroliga, las conclusiones que se pueden sacar de los mismos, aunque poco aclaratorias, ofrecen datos que han de tomarse en cuenta.
En la dirección, Earl Calloway está por delante de Marcus Williams. Quizá el zurdo tiene más calidad que el exCajasol, pero la parquedad de tiradores, el acierto puntual en el lanzamiento lejano y el conocimiento de la competición han puesto en valor la aportación del «búlgaro». De hecho es el mejor anotador, el mejor tirador de tres y el más valorado.
Entre los aleros –y teniendo pendiente aún la entrada de Sergi Vidal–, Txemi Urtasun y Krunoslav Simon tienen terreno ganado. Ni Carlos Jiménez (aunque su actividad de «jubilación parcial» esté convenciendo a grada y cuerpo técnico) ni Zoran Dragic aparecen como alternativas solventes para hacer sombra ni al navarro ni al ex jugador del KK Zagreb. El esloveno no ha demostrado aún tener un rango de tiro medianamente apto para una Liga importante, aunque su actitud y entrega en los momentos que sale a cancha provocan que su aportación sea visible más allá de los números. Con el madrileño, la duda está en si continuará o no. Da la impresión de que es más el deseo del club y del entrenador que las ganas de seguir del exestudiantil. Ésa es mi opinión personal.
Los cinco integrantes del juego interior ofrecen sensaciones dispares. A pesar de las carencias generalizadas, ya que en el repóker que forman James Gist, Kosta Perovic, Fran Vázquez, Luka Zoric y Augusto Lima no hay jugadores que generen sus propios tiros ni que tengan movimientos de espaldas al aro, los conocidos Zoric y Lima han mostrado una mayor fiabilidad que los nuevos. Sorpresa agradable es la figura del brasileño, que de no tener la figura de ser jugador de formación no hubiera tenido sitio en el plantel. Está aprovechando bien las oportunidades. Tiene mucho que mejorar, en tiro y movimientos cercanos al aro especialmente, pero si desarrolla ahora lo que tendría que haber realizado antes, bienvenido sea. Con Zoric, la sensación es que puede rendir lo que se le ha visto, pero tampoco tiene mucho más recorrido (aún así su aportación es muy importante para el equipo).
Caso aparte son los nuevos. Perovic puede desesperar (su apodo en Valencia «Perohazalgovic» era esclarecedor), pero es una tipología de jugador que lo hace esencial para una plantilla larga, aunque su lentitud y falta de movimientos lo lastra en exceso para el básket actual. Fran Vázquez tiene que dar una dimensión diferente a la que ha tenido en su carrera. Pensar en el gallego como el repuesto de Freeland es un grave error. Al británico se le daba el balón en un lado y con un aclarado del resto, producía. Puntos o faltas. A Fran hay que darle la bola en su sitio en el momento preciso, de lo contrario, es un simple poste repetidor.
Como último caso queda el de James Gist. La mejor noticia sería que su victoria del clandestino concurso de mates se quede en una simple anécdota. No es un tirador, no tiene grandísimos movimientos, pero es rápido, puede tirar incluso de tres y si se concentra puede ser muy complicado de parar.
Por encima de todo, una idea: a medida que crezca la influencia de Repesa en el grupo, mejor irá el rendimiento.
PD: Mi anterior columna «Faltan muchos» tuvo un comentario por parte de un aficionado de nombre mcasado. Se quejaba de la política del club para con los abonados antiguos ya que la promoción por la fidelidad era regalarle la primera fase de la Euroliga a un nuevo abonado (no para los que ya lo eran antes). Mientras que los nuevos aficionados tenían gratis los partidos de la liguilla europea, ellos pagaban. Lo único que tengo que hacer es darle la razón al firmante de la queja. Yo tampoco lo entiendo.