Las cigüeñas huyen

27 Jun
En España los fallecimientos ganan a los nacimientos

 

Mientras los proclives al Catalexit vociferan, la natalidad cae en España un 21,4%. El INE avisa también que ‘ya mueren más españoles de los que nacen’. La crisis, que no acaba, tiene algo que ver

La estadística es una ciencia numérica que cataloga a la sociedad. Siempre es relativa. Puede que mida a usted y a su vecino. Si tiene dos coches y usted ninguno, dirá que la media es de un coche por habitante. Esa extrapolación es una relación aritmética, que tal vez se acerque a la realidad. Aunque la verdad sea que usted no tiene coche y su vecino posee dos. Se desarrolló en tiempos de Napoleón. Siempre los franceses han inventado cosas. Por España menos. No obstante tenemos al Instituto Nacional de Estadística (INE), que atesora las cifras de lo que más o menos somos y dónde estamos. En estos días han emitido un primer informe provisional, donde aseguran que caemos en natalidad. ‘Desde 2008 (años aciago del inicio de la crisis) los nacimientos se han reducido en un 21,4%’. La estadística, fría y casi exacta, da muchos dolores de cabeza a los jóvenes periodistas desde que en sus aulas se eliminó esa asignatura. Porque ante los datos hay que hacer preguntas.

Al revisar las cifras se puede afirmar, que ya nacen menos españoles de los que mueren. Si esa tendencia continuara España va a necesitar una política de repoblación. Para 2016, el INE afirma que nacieron 408.384 niños, mientras sucedieron 409.099 defunciones, 715 más que nuevos españoles. No es una cifra alarmante, pero es una tendencia. Lo que da vida a la estadística. Aunque son datos reales y contrastados por los estudiosos. Julio González, demógrafo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), afirma que no hay alarma posible. España está en equilibrio demográfico. Lo que pasa es que las mujeres tienen menos hijos y los concibe más tarde, dice. Es una tendencia mundial. No es así en Alemania donde el alto flujo migratorio equilibra ese desnivel entre nacimientos y fallecimientos. Aunque las alemanas también tengan menos hijo y lo hagan a más avanzada edad. La estadística siempre tiende al equilibrio.

El estudio detallado del INE da más datos sin desperdicio. La medida de nacimientos por mil habitantes baja. La población en edad de ser madre (15 y 49 años, según la estadística), también. Y lo comprueban: 2016, 8,8 nacimientos por mil habitantes, dos décimas menos que en 2015. Las mujeres en edad reproductiva se redujeron a 10,6 millones, y es una tendencia desde 2009. La edad media para el embarazo está ahora en 32 años. El otro factor interviniente es que la población extranjera es el 9,5% del total de España, que aunque se va reduciendo por la crisis, de los 408.384 nacimientos, 75.220 fueron de madres extranjeras. Un factor que nivela, como en Alemania, la estadística global.

No obstante, la estadística da alegrías. La esperanza de vida sigue radiante. Va de 84,7 años a 80,6. Madrid a la cabeza, a la cola Andalucía (81,9) y Canarias (82,3). Pero vivir hasta esa edad promedio tampoco está mal, aunque nazcan menos niños y mueran más personas de las que nacen. Las desigualdades entre regiones parecen no haber cambiado mucho en un siglo. Se puede inferir que tampoco las causas: desigualdades en el desarrollo socio-económico. Los registros de los Ayuntamientos tampoco son de fiar. Y según el INE, donde la esperanza de vida es menor, se produce una mayor tasa de natalidad. Que Madrid tenga mayor edad de vida, influye en su alto nivel de inmigración. Cosas de la estadística. Créalo o no. La vida continúa entre el nacimiento y la muerte.

En el fondo del estudio se siente la crisis que en España no termina de ser conjurada. El INE refleja con sus datos, análisis y cifras frías, lo que subyace. La recuperación económica aún no se aprecia en el 70% de los hogares españoles. La pobreza se instaló en la coyuntura de la crisis y aquí vive. Lo afirma un reciente informe de Cáritas Española. Y se ceba en las familias que más sufrieron la caída de la economía. La estadística que desprende esta encuesta sale a escena de nuevo. Realizada en el primer trimestre de este año, sitúa una muestra de 1.300 hogares en las 17 CCAA. Enseña los cambios ocurridos entre 2007-2013 en los hogares. En lo sustancial su situación económica no ha mejorado.

La capacidad de ahorrar brilla por su ausencia. Llegar a fin de mes es una cuesta segura. Ha empeorado la posibilidad de enfrentar problemas de salud, cuando no los cubre la Seguridad Social. Pagar la luz se cita como uno de los recibos más difíciles de afrontar. Desde Cáritas se afirma que la sociedad ha perdido la batalla contra la crisis. La pobreza generalizada es más pobre aún. La gente consultada se muestra pesimista hacia el futuro. No hay duda de que los dirigentes todos, y no sólo los cargos políticos, electos o no, deben ocuparse de este problema que es del presente, pero que proyecta una aguda sombra hacia el futuro inmediato. Es seguro que la estadística cruza datos y los de la economía familiar tiene que ver de forma directa con esto de los nacimientos a la baja. Sin seguridad económica es un riesgo demasiado alto traer otra boca que alimentar, vestir, educar y que pueda crecer con las garantías suficientes que un Estado democrático y europeo tiene que avalar.

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