Esperanzas

16 May

Las vueltas que da todo esto en poco tiempo. Vale que tras el cambio observado en el equipo entrenado por Joan Plaza se podía esperar casi de todo, pero que el final de la liga regular arroje a un Unicaja en cuarta posición, con el primer puesto a sólo tres victorias y con Baskonia y Valencia (segundo y tercero) a sólo un triunfo era algo totalmente inesperado y que sólo el mayor de los optimistas podía esperar.
Esto significa nada más y nada menos que los malagueños encaran la eliminatoria de playoff con el factor cancha a favor, con una semana para poder preparar el primer encuentro sin tener que viajar y ante un rival que ha hecho una temporada digna de gloria, que ha sido campeón de su competición europea (la Basketball Champions League de la FIBA, ésa dónde fue tentado Unicaja para participar) y que traerá nuevamente a Fran Vázquez a Málaga… además es de largo el rival con menos “nombre” que podía tocar. En contraposición a todo esto, si alguien piensa que el equipo canario va a ser fácil, que busque un mínimo resumen del último partido del FC Barcelona en casa y que le ha condenado a jugar frente al Valencia su eliminatoria de cuartos de final con el factor cancha perdido. Ni la historia (jamás habían vencido en la Ciudad Condal), ni el arbitraje (más que discutible), ni las lesiones (a la de Javi Beirán, también se unió la de Tim Abromaitis), pudieron con un equipo que transmite pasárselo bien cuándo juega, así pues, quizá Unicaja se vaya a mirar en el espejo para pelear el pase a semifinales, y no será nada fácil.
Para esta nueva e ilusionante etapa de la temporada (¿cuántas van ya en el curso?), ante la mala suerte de la lesión de Adam Waczynski, el recambio ha venido desde Italia en la figura de Christian Eyenga, congoleño, que tras pasar por la cantera del Joventut ha hecho unos pocos de kilómetros: NBA, Liga de Desarrollo, China, Polonia e Italia, en el mítico venido a menos OpenjobMetis Varese ha militado esta temporada y va a intentar aportar su esfuerzo a este equipo, en el cual el término cooperativista parece que ya no tiene cierto tinte peyorativo.
No es el mismo tipo de jugador que el polaco, éste, tiene menos tiro exterior, es menos letal cara al aro, pero es más intenso atrás y aportará más en cuanto a físico y rebote, mucho más interior, es un complemento, no una estrella que vaya a revolucionar al equipo, aunque si sirve de respaldo a los que llevan el peso del equipo, su aportación será bienvenida.
Me voy a permitir el lujo de escribir aquí de otro equipo, aunque tengo total libertad para escribir de lo que yo quiera, suelo ceñirme al Unicaja, pero no puedo evitar referirme al último visitante de la cancha cajista, el Real Betis Energía Plus.
Lamentablemente, los dos últimos encuentros en Málaga han supuesto la certificación de los descensos deportivos del histórico Manresa y del equipo vecino, aunque aquí nos ponga mucho ganar a Sevilla, quedar por delante de los de la capital de Andalucía y todo eso que de vez en cuando pasa por esa personalidad primaria que seguimos teniendo, yo lo siento de veras. No sólo porque haya gente que ha pasado también por el Unicaja en ese equipo, como Alfonso Sánchez, Carlos Cabezas o Troy DeVries, el Preparador Físico Cuco Rodríguez, o el Director Deportivo Bernardo Rodríguez también, y aunque muchos de ellos, como me ha pasado a mí cuándo formábamos parte de las categorías inferiores de Los Guindos vivíamos con un gran placer vencer al entonces Caja San Fernando o Cajasol, es una muy mala noticia para todos que deportivamente se haya cumplido algo que, por otro lado, con toda la justicia del mundo, se venía temiendo desde hace mucho tiempo, y es que, lamentablemente, en el interior de nuestra región, se llevaban dando tropezones desde hace mucho tiempo, con problemas económicos por la desaparición del propietario-patrocinador-alma máter del club, por no tener el arraigo ciudadano que necesita un equipo profesional que quiera sobrevivir en la jungla que es todo esto en lo que se ha convertido el baloncesto, y sobre todo, porque la buena voluntad de la gente, si no viene de la mano de la realidad del dinero, hace que los errores sean mucho más visibles, porque hay menos capacidad de rectificación y eso es lo que ha pasado en Sevilla.
Ahora sólo queda esperar que la injusticia de cada verano, esa que vemos cometerse habitualmente contra los equipos de LEB, favoreciendo a Manresa, Gipuzkoa Básket o Estudiantes se pueda cumplir ahora favoreciendo al equipo sevillano como agraciado, no sé realmente si sería bueno para el baloncesto o no, pero es a lo único que puede aferrarse a día de hoy.
Ojalá la sensación de orfandad en la que se queda el Unicaja como único equipo andaluz en ACB dure poco tiempo, y sobre todo, que jamás vivamos una situación parecida a nuestros vecinos (cosa que lamentablemente está a la mano de cualquiera), y no me refiero en exclusiva al descenso de categoría, que de hecho yo ya viví uno y fue muy duro, mientras tanto, disfrutemos, no sólo es merecido el momento dulce que se vive, sino que quiero que lo mejor esté por llegar.

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