El parque temático de la imaginación está en Málaga

2 May

Salvo la ausencia de plantas trepadoras en una kilométrica pérgola, el Parque del Oeste sigue siendo la zona verde más moderna, completa y original de la ciudad.

Los parques evolucionan junto con la especie humana. En Málaga contamos con el Parque con mayúsculas y sin ningún otra palabra acompañante, una suntuosa exhibición de plantas y árboles para mostrar nuestro poderío subtropical, sin olvidar las glorietas y los prohombres (sin promujeres) de todo paseo decimonónico.

Frente al sueño moruno de los Jardines de Puerta Oscura y el clasicismo afrancesado de los Jardines de Pedro Luis Alonso, el último tercio del siglo XX nos trajo el Parque del Oeste, que aunque nació con una insoportable cantidad de cemento, el paso del tiempo fue atemperando su aridez y hoy es, para un servidor, el más original de Málaga, además de uno de los más verdes y completos, sin olvidar eso que nuestros fabricantes de eufemismos del urbanismo autóctono llaman láminas de agua, es decir, los estanques de toda la vida.

El Parque Huelin y el Parque Litoral, por contra, aunque posteriores en el tiempo, tienen un diseño mucho más anticuado, más clasicón y está por ver si los malagueños estrenaremos un parque del siglo XXI: el Bosque Urbano en los antiguos terrenos de Repsol. De momento, todo apunta a que no y a que los rascacielos tendrán que convivir con un parque tradicional del estilo de los dos anteriores.

Así que, hasta la fecha, y al menos para el que esto escribe, el más bonito y original – sin tener la riqueza botánica del Parque, que en eso es único- es el Parque del Oeste, que sigue siendo un canto a la imaginación, un escenario de Alicia en el País de las Maravillas, gracias a la presencia de las criaturas mitológicas esculpidas por el malagueño de Baviera Stefan von Reiswitz, repartidas por toda la zona verde.

Ayer, a primera hora de la mañana, abundaban los jubilados, los deportistas y los dueños de perros. Finalmente, el Ayuntamiento construyó un parque canino en el extremo derecho de la zona verde, una reclamación ciudadana que no fue bien recibida por una de las personas que más he hecho por mejorar este espacio, el exgerente Miguel Otamendi, y que ha obligado a mover de sitio algunas esculturas del alemán como La marquesa de Chinchón o El pacificador.

Por lo demás, hay partes del parque apenas frecuentadas ,por la tozudez municipal en no darles el uso para el que están destinadas. Hablamos de esa fluctuante pérgola blanca en la parte más próxima la barriada de La Paz y que pronto, a medida que el sol imponga su poderío, dejará de tener usuarios que se sienten bajo ella como no sea con paraguas (como los japoneses). Se trata de una pérgola más en un parque público de Málaga sin plantas trepadoras que den sombra, nada que ver con otra doble en este mismo espacio que sí cumple la función para la que fue levantada (y costeada).

Pequeños detalles que, valga la redundancia, no ensombrecen el encanto de este parque temático de la imaginación.

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