La Asociación en Defensa de las Chimeneas y el Patrimonio Industrial de Málaga organizará rutas y actividades todo 2018 con motivo del Año Europeo del Patrimonio Cultural.
Actuaciones recientes como la primera fase de rehabilitación del Convento carmelita de San Andrés, en El Perchel, marcan el camino a seguir, frente a lo que le esperaba a finales del siglo XX, cuando el convento estuvo a punto de ser demolido y fue salvado gracias a la insistencia de los vecinos del Perchel, que hicieron reaccionar, con sus protestas, a las administraciones, hasta lograr su protección.
La próxima sede del Distrito Este en las antiguas cocheras de los tranvías, en un edificio que luego se supo que era de Guerrero Strachan y que también iba a ser demolido, está en pie gracias a los vecinos de Pedregalejo, que impidieron que terminara hecho picadillo.
Estos dos ejemplos evidencian que, a la hora de recuperar el Patrimonio de Málaga, son los malagueños de a pie los que muchas veces marcan el rumbo y logran que los políticos rectifiquen.
En esta labor de orientación de nuestros representantes públicos, un papel nunca agradecido lo suficiente lo sigue jugando la activa Asociación en Defensa de las Chimeneas y el Patrimonio Industrial de Málaga (Apidma).
Aunque aquí no haya sonado mucho todavía, 2018 es el Año Europeo del Patrimonio Cultural. Por este motivo, la asociación quiere aprovechar para revindicar el patrimonio industrial de Málaga y de otras partes de Andalucía, animar a los malagueños a que lo descubran y reforzar el sentimiento de pertenencia a la familia europea, pues el colectivo forma parte de una amplia red de asociaciones de patrimonio industrial de toda la Unión Europea.
Dividas las actividades en varios bloques (minas, transportes, reutilización de sitios industriales…) en marzo está prevista una visita a la central térmica del PTA; en abril, conocer los pozos mineros de Linares y visitar la preciosa colonia obrera de Santa Inés en mayo. Además, para los tres meses de verano, la asociación ha planificado un recorrido en autobús histórico por Málaga.
Por otro lado, en septiembre se sumará a los eventos coincidiendo con las jornadas europeas de patrimonio que se celebran en toda la UE, por eso planea o una ruta por los Montes o un paseo por Churriana, para conocer los antiguos molinos que reivindica que no se derriben y se integren en la nueva urbanización de Rojas-Santa Tecla.
En octubre, proyecta una visita a la fábrica de hojalata de Júzcar y en noviembre, colaborará con el PTA en la Semana de la Ciencia, al tiempo que continuará con sus reivindicaciones, alegaciones urbanísticas e identificación del pasado industrial de Málaga con paneles informativos. Un gran trabajo de concienciación que ha evitado la demolición absurda de vestigios que, por su importancia, escasez o ambas cosas, merecen pasar los próximos siglos con nosotros. Felicidades.
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