Magistral forma de mandar a paseo

18 Dic

Nuestros políticos siguen con la regresión de querer construir miles de viviendas en Repsol, reservado entero para parque en el PGOU del 83, unos tiempos más sensibles con el interés general.

Resulta ejemplar y hasta enternecedor la atención que el equipo de gobierno ha prestado a las quejas de los vecinos que se oponen al proyecto del metro en superficie al Hospital Civil.

Un servidor supone que, a la alarma por levantar una barrera de este tipo en la zona, nuestros políticos habrán considerado un acicate el que las quejas se dirijan a la administración autonómica rival. El firmante está convencido de que la actitud habría sido bien distinta si el proyecto de metro lo hubiera comandado la administración central.

Porque el famoso interés general es un concepto fluctuante, una veleta que cambia según soplen los vientos en una generación de políticos españoles que, para nuestro desazón, tiene, en su mayoría, de profesión su partido.

Eso quizás explique que, los mismos que se han puesto al lado de los vecinos en el conflicto del tranvía, ahora pongan cara de póker y saquen el telescopio para contemplar, con todo detalle, la luna de Valencia, mientras asociaciones de vecinos y colectivos de todo tipo en Málaga, en un número que supera con creces a los que se oponen al tranvía, reclaman que aparquen el ladrillo en los terrenos de Repsol y cumplan con la promesa hecha hace 30 años a los vecinos de dedicar toda la parcela a zona verde y si es posible, a un gran bosque.

No parece que caiga esa breva, por eso el proyecto para los terrenos de Repsol presentado esta semana por nuestro alcalde sigue suponiendo un retroceso y una lamentable cesión a los intereses particulares, si lo comparamos con el PGOU de 1983, que establecía, de una forma mucho más sensible con las necesidades del entorno, que todos los terrenos se destinarían a zona verde.

En la hermosa infografía presentada esta semana sobre el negocio inmobiliario en ciernes y que evoca la clásica saga de videojuegos Age of Empires, como es lógico los alrededores de la parcela aparecen desteñidos. No hay ni rastro de las 3.200 viviendas proyectadas en el vecino polígono industrial de San Rafael, con lo que dos de los distritos más poblados de Europa, la Carretera de Cádiz y la Cruz del Humilladero, si sumamos los edificios que se construirán en Repsol (tres de los rascacielos proyectados parece que se aparcan para cuando mejore el mercado inmobiliario) seguirán en los puestos de cabeza de los barrios más masificados y con menos espacios verdes.

Ya lo comentamos en alguna ocasión: hagan un ejercicio de historia ficción y metan a nuestros preparados políticos malaguitas a diseñar el Central Park de Nueva York. Para acentuar la centralidad neoyorquina, es más que probable que implementarán el parque con una pastilla que, cortando en dos Central Park, se destinara a bloques de viviendas y oficinas. Así, de esta forma tan baturra, se las gastan los que sólo apoyan el interés general cuando coincide con sus intereses políticos. ¿Y los malagueños?, pues ya que hablamos de un parque, que se vayan a paseo.

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