La simulación científica del impacto visual real del hotel del Puerto, realizada por un profesor de la UMA, ofrece resultados espantosos para Málaga.
En un primer momento, el autor de estas líneas vio como una idea interesante el rascacielos proyectado en el Puerto. Ya saben, la infografía publicitaria hace milagros y hasta un objeto rotundo, inasumible para la Bahía de Málaga y demoledor, como ha resultando ser el hotel portuario de 135 metros, puede convertirse en una construcción aerodinámica y hermosa. Es más, si encima andamos con más moral que el Alcoyano, hasta puede pasar por un hito para Málaga, sobre todo si lo comparamos con la Manhattan de tres al cuarto que es el vecino barrio de La Malagueta.
Hay que recordar el caso, ya planteado en esta sección, de una infografía que nos vendió un fastuoso vergel en el que, con un poco de suerte, hasta íbamos a localizar El Dorado. Se trató del proyecto de centro deportivo de la ACB en las antiguas cocheras del Pedregalejo. Por desgracia, ese esplendor de la naturaleza fue sustituido por una pequeña zona verde con una colección de árboles raquíticos que con dificultad llegarán a viejos.
En el caso de las preciosas infografías publicitarias del hotel del Puerto, uno puede hasta pensar en naves espaciales, replicantes más allá de Orión y puertas de Tannhäuser, pues su construcción parece constatar el futuro.
La metafórica caída del caballo, camino de Damasco, se la produjo al firmante a comienzos de año una simulación del impacto visual real del «hito» que tanta prosperidad va a traer a Málaga. Ha sido realizada por Matías Mérida, profesor titular de Geografía de la Universidad de Málaga.
El pasado domingo los profesores de la UMA, María Jesús Perles y Miguel Ángel Medina, publicaban un artículo en La Opinión en el que, frente a la infografía publicitaria, avalaban la simulación científica por tratarse de «una reproducción objetiva, realista, exacta» y «sin exageraciones» del verdadero impacto del hotel.
Los resultados no pueden ser más terribles. Desde el Palmeral de las Sorpresas, el hotel se asoma amenazante y parece el guardaespaldas de una empequeñecida Farola. Los ilusos que todavía creen que el espanto del morro sólo se verá desde el mar están tan informados como un dirigente de la CUP sobre la Guerra de Sucesión.
La simulación ofrece unos resultados tan irrefutablemente espantosos que, en la actualidad, los colectivos y empresas que apoyan con más fuerza esta insensatez son los que tienen algún interés económico directo o indirecto y poco más.
Organismos independientes como el Colegio de Arquitectos de Málaga, la Academia de Bellas Artes de San Telmo, la Academia Malagueña de Ciencias, aparte de la plataforma ciudadana Defendamos Nuestro Horizonte, han puesto importantes reparos al hotel. No es para menos.
Hay que evitar que este error urbanístico de 135 metros de altura, que destrozará los próximos siglos nuestra bahía, se haga realidad. Bastaría con que la Junta mirara por el interés general y obviara al inconsciente presidente del Puerto. Ánimo.