Una parcela junto a la sede del distrito de la Cruz del Humilladero provoca las quejas de los vecinos de García Grana, por la presencia de basura y ratas que les obliga a tener las ventanas cerradas en estos días de fresquito.
Como si se tratara de tópicos dignatarios eclesiásticos del Renacimiento italiano, esos que estaban más interesados en el poder de aquí que en el más allá, los vecinos de la primera fase de la barriada García Grana tienen que ser entendidos en venenos, pero no los de los Borgia, sino el que sirve para eliminar a roedores de un tamaño aproximado al de algunos felinos.
Y más les vale contar con estos conocimientos, porque hace ya demasiado tiempo que conviven con una descuidada parcela de la calle Fernández Fermina, empleada como aparcamiento y que linda con la sede del distrito de la Cruz de Humilladero, y con el edificio de la incubadora de empresas de Promálaga y la piscina.
La cercanía de la sede municipal, sin embargo, no ha evitado que en la parcela sean legión, en la esquina más pegada al distrito, los matojos amazónicos, capaces de ocultar -para nuestro descanso- a todos los concursantes de Supervivientes, tal es el tamaño de las hierbas, una parte de la parcela para la que se aconseja ir acompañado y con bengalas de señalización, en caso de pérdida.
Pero la zona más preocupante es la que linda con los bloques de García Grana. Bien es verdad que el follaje tiene menos altura, pero para compensar este despiste de la Naturaleza, el suelo está perlado de basuras varias, machacadas y espurreadas, así que entre las plantas y fuera de ellas observamos latas trituradas, cristales varios y lo más preocupante: restos de comida en diferentes estados de podredumbre.
En suma, un festín para toda rata con dos dedos de frente, lo que obliga a algunos vecinos a cerrar las ventanas todo el año, aunque llegue el tiempo de los calores y lo que menos apetezca sea un aumento de las temperaturas por fuerza mayor.
La pena es que esta parcela usada como aparcamiento tiene un suelo con chinos en bastante buen estado pero al llegar a las lindes se desmadra, se vuelve dejada y como resultado aparecen la basura y los matojos.
En el PGOU actual aparece como equipamiento, al igual que el resto de este sector con dependencias municipales. Lo que ya no sabemos es si el equipamiento consistirá en el actual aparcamiento en precario o en un terreno de entrenamiento para roedores debidamente dotado con toboganes, tirolinas, laberintos y senderos con obstáculos, aparte del actual comedor al aire libre. Todo puede ser.
Mientras se dilucida el futuro de la parcela, los vecinos de García Grana han rogado al Ayuntamiento de forma encarecida que actúe y, ya sea el solar privado o público, lo limpie o lo mande limpiar.
Se trata, a fin de cuentas, de poder abrir los balcones de las casas y respirar aire puro. Difícil anhelo ahora mismo.
Fin de feria
La plaza de la Merced, repleta de puestos de libros y jacarandas. Y que sea por muchos años.