Hay que tener la sensibilidad artística de Donald Trump para pegar el dibujo de una mujer pixelada y vestida de gitana en el Palacio del Obispo, un monumento del XVIII con la máxima protección.
Sin necesidad de echar mano de la legislación actual, el refranero popular cuenta con la expresión «hacer de su capa un sayo» para referirse a aquellos sujetos que hacen lo que les da la real gana sin atender a si su conducta está o no permitida.
Si se mira bien, convertir una capa, que era atuendo de ricos, en sayo, una túnica basta que llevaban campesinos y aldeanos, ejemplifica que el sastre en cuestión va a lo suyo y el resto del mundo le importa un pimiento.
Este debe de ser el planteamiento del artista francés Invader, que ha llenado Málaga de mosaicos con imágenes, a modo de pixeladas, muchas de ellas relacionadas con los antiguos juegos de marcianitos.
Si bien como expresión artística son originales y bienvenidas, el hecho de que las haya colocado donde le ha salido del moño, sin atender a si el sitio era o no adecuado y si estaba o no permitido, resta valor a la exhibición, que por este gesto entra en la categoría de gamberrada.
Esto es al menos lo que se deduce por el hecho de haber colocado una mujer vestida de gitana pixelada y con el abanico en ristre, en la fachada del Palacio del Obispo, justo en la esquina de la calle Santa María.
Desde tiempo inmemorial, en Málaga contamos con un Urbanismo de dudosa reputación, capaz de adaptar sus exigencias a la de un arquitecto famoso o un personaje de renombre. Permitir que el proceso de transformación de capas en sayos se traslade además a nuestros monumentos es, justo en estos instantes de auge del turismo, tirar piedras contra la imagen de la ciudad.
Por otra parte, resulta una ironía pero la colocación de la gitana pixelada en el Palacio del Obispo casi ha coincidido en el tiempo con la celebración, el pasado fin de semana, del XXXVI congreso nacional de Hispania Nostra, una veterana organización, cuya presidenta de honor es desde 1978 la Reina Sofía, que aglutina a asociaciones de toda España en defensa del Patrimonio. Los congresistas visitaron la Catedral y pasaron junto a la gamberrada.
Pese al propósito artístico del autor, hay que tener la misma sensibilidad que Donald Trump para hacerle una cosa así a un monumento del siglo XVIII, declarado Bien de Interés Cultural.
Como hace unos días recordaba en las redes sociales Anton Ozomek, azote de las almas de cántaro que no respetan el Patrimonio de Málaga, la Ley de Patrimonio Artístico de Andalucía tiene un apartado que parece pensado para esta inapropiada perfomance, pues destaca que la contaminación visual o perceptiva es aquella «intervención, uso o acción en el bien o su entorno de protección que degrade los valores de un bien inmueble integrante del Patrimonio Histórico y toda interferencia que impida o distorsione su contemplación».
Pero no hay que irse a la legislación. Hacer de la capa un sayo es desgraciar un monumento histórico-artístico en aras de un
Me encanta la gitana y el sitio elegido
El arte del mosaico viene de muy lejos, y las teselas que se han utilizados para su realización han sido de muy variada materia. El que quiera ver arte de verdad con la unión de teselas, no tiene nada más que ir al Museo de Málaga y contemplar el «Nacimiento de Venus». Que ahora se quiera hacer arte con absurdas gamberradas, no es de recibo; sobre todo si el recibo lo pagamos los sufridos ciudadanos. Ya que por lo visto, el susodicho «artista» se ha financiado con los fondos del CAC. Es decir, con los presupuesto de cultura del Ayuntamiento de Málaga.
Conozco a un chico que incluso salió en este periódico hace dos años dedicado profesionalmente al pixel-art, el cual propuso este proyecto y se le ignoró totalmente dándole largas tanto por parte del SOHO como de las personas relacionadas con el tema del arte urbano cac, etc.
Por motivos de famoseo imagino, se le ha dado importancia y relevancia al francés Invader, al igual que se hizo con Obey y DFace. Todo subvencionado, un falso arte urbano por antojo y fama que además nunca será de un malagueño. Ah sí, si que lo hay, en paredes de edificios arruinados del Centro, Lagunillas, Soho y el horrible río que hay junto al Cac. Venga por favor alcalde, menos peloteo al exterior y más apoyo desde MÁLAGA hacia el mundo, que aquí hay grandes artistas y emprendedores con grandes ideas.
Me molesta mucho la vista. Deben ser todos eliminados.