La fuente de la plaza de la Judería continúa siendo una ídem de gérmenes, rincón propicio para el lavatorio y la bebida sin solución de continuidad
En el proceloso campo de las fuentes públicas malaguitas las clasificaciones que podamos hacer no aguantan un examen, a no ser que admitamos, además de las fuentes ornamentales y las que sirven para calmar la sed, las híbridas, es decir aquellas que siendo ornamentales también se usan para el bebercio. El problema, que volvería loco a Linneo –el sueco que se atrevió con la clasificación de las hierbas más remotas– es que en Málaga existe una subcategoría híbrida: aquellas fuentes exclusivamente ornamentales en las que la gente, sin embargo, bebe y si se tercia se lava sus partes.
Hace poco mencionamos en esta sección el ejemplo más claro de fuente ornamental-lavadero de partes: la de la plaza de Uncibay que acompaña al cazador Acteón y sus hambrientos perros. Las hechuras de la fuente, además, entran incluso en la categoría sentimental de alberca o amberca, como se pronuncia a menudo en Málaga, que respeta la regla ortográfica de que delante de pe y be va la eme.
Pero en el campo de la hibridación experimental malaguita hace tiempo que ha cogido fuerza la fuente de la plaza de la Judería. A todas luces es ornamental, pues aunque tiene chorro carece del chorrito fino, solitario y altivo que consuela al sediento y sin embargo, está tan a mano, tiene unas dimensiones que recuerdan tanto a un aguamanil, que como explican los comerciantes de la zona algunos peatones aprovechan para lavarse las manos, la cara, las oquedades axilares, los pies… y por supuesto no faltan padres que dan de beber a sus hijos pequeños a continuación.
Puesto que este invento sirve lo mismo para un roto que para un descosido y además es parada obligada de muchos mendigos profesionales, ¿es el mejor sitio para disfrutar del agua pura y cristalina? Yo de usted, aunque fuera un avezado inspector de la Organización Mundial de la Salud, me cuidaba de beber del mismo aguamanil callejero en el que otros se refrescan los sobacos o hacen submarinismo con los pinreles.
La solución sería, claro está, ponerle alguna discreta valla disuasoria que impidiera al menos a los más pequeños el beber del recipiente tras los refregones higiénicos de algunos.
¿Hará algo el Ayuntamiento? Por lo pronto pretende batir el récord europeo de pasividad pues lleva ni se sabe las semanas una tapa rota al pie de la fuente, rodeada por una valla con telarañas. Antes que de esta fuente, mejor beber los vientos, con la excepción del terral.
Pájaros
El colectivo Málaga REC ha querido homenajear a Van Gogh en el 125 aniversario de su muerte con un montaje en el que el Cortijo Jurado aparece transformado en un cuadro del artista, con sus recias pinceladas y el famoso trigal sobrevolado por cuervos. Por fortuna y con las obras de rehabilitación el cortijo ha dejado de estar influenciado por pájaros de mal agüero.