El Ayuntamiento de Málaga continúa innovando en castellano y propone un palabro para que pase el examen de los académicos de la RAE. Suerte
Las coincidencias no existen. El Ayuntamiento de Málaga ha hecho oficial en una nota un verbo que de momento tiene la categoría de palabro hasta que la RAE lo admita o bien lo mande al exilio hasta que las ranas críen tupé, que nunca se sabe. Por algún tipo de designio cósmico el alumbramiento público del palabro ha coincidido con la publicación en la editorial sevillana Espuela de Plata, sección Humoristas, del libro Español para andar por casa, escrito por el profesor Enrique Gallud Jardiel, nieto del famoso escritor y dramaturgo Enrique Jardiel Poncela, quien por fin está saliendo de la injusta sala de espera de la posteridad para ingresar en ella.
Español para andar por casa no es sino una reflexión humorística sobre cómo los políticos y periodistas destrozamos a diario el idioma gracias, entre otros ardides, a la adopción masiva de palabros, el empleo abundante de repugnantes eufemismos o la demostrada impericia en el uso de las preposiciones («protestar ante la subida de los precios» en lugar de «por la subida», «hablar desde la libertad» en lugar de «con libertad» o «hacer una falta sobre el portero», que sería como tirarse en plancha encima de Casillas).
En cuanto a los eufemismos, ahí tenemos cómo los «desfalcos» se vuelven «contabilidad creativa», los «despidos masivos» «ajustes laborales» e incluso los «bombardeos» «campañas aéreas», expresiones mucho más etéreas que la cruda realidad.
El Ayuntamiento de Málaga ha querido aumentar el universo de palabros en el limbo con un verbo muy peculiar. Veamos el texto, hecho público esta semana: «Los (contenedores) más próximos al litoral han sido vinilados con motivos veraniegos». Leída la frase, habrá que concluir para empezar que las personas que realizan esta labor junto al litoral serían Los vinilantes de la playa. El caso es que el verbo vinilar no existe. En teoría sería algo así como ponerle una capa de vinilo, una suerte de pegatina gigante al contenedor.
«Vinilar», en teoría, seguiría el mismo camino que otros verbos similares como «plastificar» o «empapelar». Pero no todo el monte es orégano. Sin ir más lejos «acartonar» no es aplicar cartón a nada sino ponerse como el cartón, de ahí la expresión gaditana caracartón, aunque es mucho más despectiva carajaula. Y que se sepa, ningún comunicado municipal ha incluido aún el verbo «metacrilatar», que tendría consecuencias terribles para la vida humana porque sería llenar toda la casa de metacrilato.
En Español para andar por casa el profesor Gallud Jardiel propone palabros mucho más ingeniosos como «Contractoculofílico» (Que le gusta guiñar el ojo) e incluso «Orthotermoovología», que no es sino un vocablo utilísimo para designar el arte de que te salgan bien los huevos fritos.
Animamos al Departamento de Nuevos Palabros del Ayuntamiento de Málaga a que sea más ambicioso e incluya en próximos comunicados creaciones tan bonitas como las que aporta el nieto de Jardiel Poncela. Este es mi Consistorio.