En Nueva Málaga existe una exótica calle dedicada al Ministerio de la Vivienda, agradecimiento de los vecinos a unas ayudas en un momento crítico
Si hay algo que cambia más que las mareas son los nombres de los ministerios y consejerías, además, claro está, de la ley de Educación.
Cada vez que se produce un cambio de gobierno y nuestros próceres encaran una nueva legislatura, muy pocos de ellos resisten la tentación, al parecer enorme, de cambiar el nombre de sus negociados, de tal manera que no sólo los periodistas, sino también los sufridos usuarios se vuelven locos para localizar ministerios con nombres tan kilométricos como el de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. Difícil tarea porque hoy es el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, igual de kilométrico, nada asegura que el año que viene mantendrá esa denominación.
Con estos mimbres, resulta del todo emocionante localizar en Málaga una calle dedicada a un ministerio que ya no existe. Se trata de la calle Ministerio de la Vivienda, en Nueva Málaga. El Ministerio de la Vivienda fue un organismo que vino a la vida a finales de los 50 y que pasó a mejor vida en 2010, cuando las competencias las englobó Fomento (el antiguo Ministerio de Obras Públicas, por cierto).
La existencia de esta calle en Nueva Málaga fue un homenaje de los vecinos a las ayudas prestadas por este organismo tras los problemas en el barrio de la Cooperativa de Nueva Esperanza, constituida a finales de los sesenta y que construyó el barrio con muchas dificultades, porque hubo acusaciones de pérdidas de dinero, parones de obra durante años y penas de cárcel.
Estos datos los aportaba a un servidor hace 15 años el fallecido Antonio Sánchez, el presidente de la asociación de vecinos y el alma del barrio (el centro ciudadano lleva hoy su nombre).
La calle tiene dos tramos y lo cierto es que el primero, peatonal, necesitaría la buena mano del Ministerio de Fomento, que ya se podía estirar y arreglar unos cuantos desperfectos, en recuerdo al homenaje de los vecinos al Ministerio de la Vivienda que hoy engloba.
Porque este primer tramo, cuajado de pintadas, una de ellas fechada claramente en 2012, tiene un suelo agrietado y descascarillado que incluso conmovería a Charlton Heston y eso que era un fijo en todas las películas de catástrofes.
En cuanto al segundo tramo, en mejores condiciones, cuenta con aparcamientos tanto en línea como en batería, una combinación poco usual en Málaga que acentúa el exotismo de la vía, que tiene el acierto de contar, cada pocos metros, con pequeños jardines que parecen un anuncio del vecino Parque del Norte, zona verde que, por cierto, la asociación de vecinos quisiera convertida en zona verde paseable y no en el laberinto de setos y parterres de nuestros días.
1A fin de cuentas, parece un símbolo vegetal de las mismas vueltas y requiebros que da la administración con sus continuos cambios de nombres ministeriales. Para eso estamos en España.