De las dos islas de Arriarán de Málaga

17 Feb

Al igual que el reino ficticio de Redonda, inexpugnable islote caribeño, la isla de Arriarán de Málaga también está muy influenciado por la República de las Letras

Javier Marías, además de un reputado novelista, tiene el literario título de Rey de Redonda, un islote deshabitado en el Mar Caribe junto a Antigua y Barbuda, nación de la que depende. En realidad, se trata de un reino ficticio que se transmite de escritor a escritor.

Para dar fe de este reinado que sólo está en las Letras, el español, que reina con el nombre de Xavier I, puso en marcha en 2002 la editorial Reino de Redonda y hasta se entretiene en honrar a importantes artistas otorgándoles títulos nobiliarios cargados de imaginación como el Ducado de Segunda Mano, que ostenta desde 2003 Claudio Magris o Umberto Eco, que es el Duque de la Isla del Día de Antes, el título de una de sus novelas.

En Málaga contamos con una isla que bien podría ingresar en el reino de la ficción literaria. Sin la rotundidad física de Redonda, una roca agreste e inexpugnable, la isla de Arriarán hace en realidad referencia a una manzana de casas junto a las Atarazanas, y fuera de las murallas, frente a la playa sobre la que luego nacería la Alameda.

Esa manzana o isla de casas, empleadas como tabernas y almacenes, se la dieron tras la Reconquista al vasco Garci López de Arriarán, como recordaba el archivero Rafael Bejarano en 1993 en el primer número de la revista Isla de Arriarán. Porque esta isla urbanística, además de haberse convertido en temprana isla literaria en la primera parte de El Quijote («sin que hubiese dejado los Percheles de Málaga, Islas de Riarán…») y en Ocios de Castalia («De Riarán la Isla, por famosa en la Puerta del Mar»), es el título de una revista cultural y científica que campea por Málaga con tesón y profesionalidad.

22 años después de su nacimiento, la pasada semana Isla de Arriarán presentó su número 39, más de 500 páginas sobre la historia y la cultura de Málaga que se inician con un completo estudio de Antonio Romero sobre el Hospital de Santo Tomé, cuyo deterioro el Obispado acaba de frenar el otoño pasado con unas obras de urgencia. El mismo autor presenta aparte un trabajo sobre Diego García de Hinestrosa, el fundador del hospital.

Un trabajo que no tiene desperdicio es el que habla del contrabando en Málaga en tiempos de la ocupación francesa, de Antonio Carmona. Entre las personas sospechosas de introducir aceite en la capital se encontraban Manuel El Viejo, El Cojo Fajardo y José Jiménez El Manco, circunstancias físicas que no parecían frenar la apetencia delictiva.

Otra estupenda aportación es la exposición que nunca llegó, de Carlos Sarria Fernández, que informa del fallido intento de traer a Málaga la primera exposición antológica de Picasso en España, que se celebró en Barcelona en enero del 36.

Los rodajes de películas en la Málaga de los 60, los jesuitas en Málaga y la historia de Sol de España, el periódico de la Transición, son otros de los trabajos de esta literaria y quijotesca isla de Arriarán, nuestra particular isla de Redonda frente al Mar de Alborán. Felicidades.

4 respuestas a «De las dos islas de Arriarán de Málaga»

  1. Me parece muy interesante e instructivo no es habitual conocer esta parte de la historia de la ciudad..Le felicito..!!

  2. El Dr. Vidal González Sánchez en los primeros número de Isla de Arriarán realiza un amplio estudio sobre la llamada Isla de Arriarán. Creo que se puede consultar a través de Dialnet.

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