Con auténtico horror el firmante constata cómo se ha confirmado la catástrofe lingüística y el Ayuntamiento de Málaga, en su huida hacia adelante en pos de la burricie gramatical, ha desterrado de forma casi definitiva los artículos determinados El y La –en mayúsculas, porque se lo merecen– tan queridos por los hablantes españoles.
Tan queridos además en una ciudad como Málaga que, antes de la llegada de algún inconsciente político o funcionario enloquecido, tenía entre sus barrios más queridos El Perchel y La Trinidad, sin que la exhibición de estos artículos determinados supusiera molestia administrativa alguna y más bien, una historia con muchos siglos a sus espaldas que lucían con orgullo.
La IX Semana Popular de los Corralones de estos dos barrios supone el espaldarazo definitivo a una forma de expresarse que, por su pobreza, sólo puede anunciar desgracias seguras en próximos informes Pisa. Avisados quedan los lectores de estas ocurrencias burocráticas que cercenan nombres históricos con el atrevimiento y la frivolidad de los tertulianos de Sálvame.
La actual semana popular, un estupendo esfuerzo de revitalización de estos dos barrios, se presta a confusión con el mejunje que nuestro Consistorio ha ido perpetrando a lo largo de los años hasta formar ese 2 x 1 llamado Trinidad-Perchel, como si estos dos veteranos barrios formaran un solo ente indivisible y no tuvieran la personalidad suficiente como para existir por separado.
En el mejor de los casos, cuando nuestro fino Ayuntamiento los menciona de forma individual es para decir cosas como «Trinidad y Perchel» o «así se cocina en Trinidad y en Perchel».
Ya no hay casi rastro del Perchel ni de La Trinidad en las comunicaciones oficiales de nuestro Consistorio, tan ahorrativo en artículos.
Habrá que concluir que, por una inexplicable plaga de desnortamiento y caída en picado de las facultades cognitivas, el Ayuntamiento de la sexta ciudad de España, que ya debiera cuidarse a la hora de expresarse en público, sigue la línea trazada en esa famosa película del Oeste. Ya saben, Le llamaban Trinidad.
Don Fernando Lázaro Carreter, que en gloria esté, seguro que se estremecía ante este lenguaje que resume 30 años de reformas educativas poco atinadas.
Quede aquí el homenaje a La Trinidad y El Perchel, barrios prácticamente desaparecidos de la jerga municipal y a veces arrejuntados de forma impersonal a causa de esta plaga políticamente mema. No podrán con ellos.
Verbena pollinica
El próximo sábado 8 de junio tendrá lugar la celebración de la IV Verbena Pollinica Pro Trono Señor. Se celebrará en el Colegio de Prácticas número 1, en la plaza de la Constitución a partir de las 12 horas y hasta la medianoche.
La verbena está pensada para ofrecer precios anticrisis, además habrá actuaciones en directo, sorteos, subastas y torneos infantiles. Lo recaudado irá para el nuevo trono de Jesús a su Entrada en Jerusalén.
Barrios desaparecidos de la jerga municipal y prácticamente desparecidos en la realidad, quizás la manía de unirlos se deba a las ganas de enmascararlo. Parecen querer decirnos que El Perchel está constituido por las calles cercanas a C/Mármoles, no caen en la cuenta de que el convento de San Andrés es perchelero, mostrándonos la verdadera dimensión del barrio.
Gracias al concurso de los Patios, podemos advertir que las cosas muchas veces no son como parecen, que no sirven las ideas preconcebidas. Ya que los vecinos tienen la generosidad de abrir las puertas de sus casas y perder intimidad durante varios días, podemos constatar al visitarlos que la idea que se tiene de ambos barrios y de las personas que los habitan (que son marginales en su mayoría y problemáticos en la convivencia), no se ajusta a la realidad. Lo que nos muestran es verdadera calidad de vida, con un buen entendimiento entre ellos.