La búsqueda por GPS de Rodríguez de la Fuente

26 Oct

Yucas puntiagudas como los dientes de sable de un tigre prehistórico se cierran en banda para proteger el monumento a Félix Rodríguez de la Fuente, en los Jardines de Picasso.

El autor de estas líneas le tiene mucho cariño a este monumento porque, como miles de niños de Málaga, puso sus cien pesetas para costearlo hace unas tres décadas, por eso, uno no deja de visitarlo al menos una vez al año, para, como dicen los políticos, tomarle el pulso.

Pero eso de tomarle el pulso está complicado porque hace muchos años que los vándalos le arrancaron un brazo.

Tanto se regodearon nuestros nativos antropoides con la escultura, que el Ayuntamiento tomó una decisión inédita en el patrimonio artístico nacional: esconder la obra de arte.

Y en efecto, reto a cualquiera que pasee por los jardines de Picasso a que localice, sin GPS, al responsable de El Hombre y la Tierra. Al menos la parte delantera del monumento es una línea Maginot de palmeras de todo tipo, más espesa que la selva vietnamita. Sólo se vislumbra al homenajeado como en las películas de intriga: acercándose por la espalda. La escultura representa al naturalista transmutado en árbol y por su cuerpo leñoso ascienden unas plantas trepadoras, incluida la cabeza. Al pie tiene un lobo con aspecto de perro, mientras que en el brazo cercenado lucía un halcón.

La escultura se encuentra sobre unas rocas llenas de pintadas y la misma obra luce un par de pintadas, una de ellas en la boca del amigo Félix pero también es cierto que son pintadas descoloridas, realizadas hace mucho tiempo.

A pesar de que es complicado descubrir y luego acceder a la obra, sigue siendo punto de reunión de los adoradores de las latas de cerveza. Tres de tamaño king size podían verse esta semana al pie de la escultura, y los santos bebedores habrán tenido cuidado de no pincharse con las yucas.

A mí, este Félix manco y oculto entre la floresta, por miedo a que mamíferos de dos patas lo terminen de desgraciar me da mucha pena. Los veinte duros que dimos los niños de 1980 eran para otra cosa.

Fallos propios

Con trombas como las de ayer, un servidor no comprende cómo el Ayuntamiento no instala ya un servicio de gondolieri para poder cruzar en cómodas góndolas la laguna artificial de la plaza del Siglo.

Si nuestro Consistorio admitiera que el arreglo de la plaza no pasará ni a la Historia del Urbanismo de Málaga, empezaría a aplicar soluciones imaginativas como esta. Los psicólogos saben que la mejor manera para ganarse la simpatía general y estar bien consigo mismo es riéndose de los fallos propios. Ánimo.

Lluvia municipal

Ayer, un autobús de la línea 21 de la EMT con apreciables goteras sembró la zozobra, y sobre todo, la humedad, entre el pasaje. Los usuarios se arrinconaron en la mitad seca del autobús deseando incluso bajar a la calle.

2 respuestas a «La búsqueda por GPS de Rodríguez de la Fuente»

  1. Lo que han hecho con el amigo Félix no tiene nombre. Como acólita de este gran defensor de los animales y como ídolo que fue también de mi niñez, me solidarizo en la condena por tal oprobio. No obstante, he de admitir que me he descacharrado de risa por el modo que has tenido de narrar tal tragedia. El hecho en sí no tendrá gracia, pero es que tú la tienes por arrobas. Gracias por esta pieza cómica tan desternillante, eres un solete. Besos.
    Lola.

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