Regresa el conde de Montecristo español

14 Nov

Bien sabemos que Málaga, como veterana ciudad propensa a los nuevos ricos, ha mirado con mucho desdén provinciano todo lo relacionado con su pasado.

Esperanzador es, por tanto, que en esta ciudad se conmemore el 200 aniversario del nacimiento del marqués de Salamanca (y conde de los Llanos), no sólo recuperando su ennegrecida placa conmemorativa, en la casa natal de Correo Viejo, sino dedicándole un ciclo de conferencias que comienza el pasado mañana lunes.

El catedrático malagueño Pedro Tedde de Lorca ya habló la pasada primavera, en el Salón de los Espejos, de este Montecristo español, un verdadero aventurero de las finanzas lleno de luces y sombras que con apenas 30 años llegó a renegociar en Londres y París la deuda exterior de España.

El siempre interesante ciclo de Torrijos y la libertad dedicará la XVII edición a El Marqués de Salamanca y los orígenes del ferrocarril en España y se celebrará en la sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés (todas las charlas, a las 19. 30). La primera de ellas, como hemos dicho hoy lunes, a cargo del académico de San Telmo Manuel Olmedo Checa, con una aproximación a esas sombras de las que hablábamos: «El marqués de Salamanca. Esclavo de su ambición».

La siguiente charla, el miércoles 23 de noviembre, la impartirá Ángel Bahamonde, de la Universidad Carlos III, que hablará de la faceta del malagueño como promotor inmobiliario y su fortuna.

El lunes, 28 noviembre será el turno para la proyección de la película de Edgar Neville, El marqués de Salamanca, con introducción y comentarios del actor Lucio Romero.

El miércoles 7 de diciembre, Eva Ramos, de la UMA hablará de las colecciones de José de Salamanca, un apasionado de los libros y los cuadros.

Cerrará el ciclo la charla de Antonio Gómez, de la Complutense, el viernes 16, sobre el papel del aristócrata malagueño en el desarrollo del ferrocarril. Un ciclo apasionante, que coordina el académico Elías de Mateo. Felicidades.

Requiebros

Las lenguas evolucionan y a veces, sin que sepamos muy bien por qué, nos dan requiebros, que muchas veces responden a las modas.

Ya hemos hablado aquí del meritorio empobrecimiento del español que protagonizan nuestros políticos. Escuchen cualquiera de sus discursos y cuenten cuántas veces emplean la preposición de tiempo y lugar «desde». Cuantas más veces la utilicen, menos posibilidades de recuperación tienen porque se limitan a sustituir todas las preposiciones de antaño por la única que conocen.

Pero otras veces los requiebros tienen su toque curioso. Acuérdense de cómo el habla de Málaga transforma la palabra «piscolabis» en «piquislabis», pero últimamente, existe una nueva mutación, que bebe sus fuentes en el inglés y lo de beber no es ninguna licencia poética porque quizás guarde relación con el whisky. Ayer un malagueño comentó: «Vamos a tomarnos un pisquilabel». Pues vamos.

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