Dos ejemplos señeros de falta de contención

7 Nov

Hace unos años, el autor de estas líneas escribió un ensayo humorístico (o al menos esa era la intención) sobre los estereotipos más recurrentes de esta ciudad, tres figuras tópicas que como las tres Gracias de Rubens, pueblan el frondoso jardín de nuestros mitos.

Después de un año de entrevistas previas, recopilando gestas de los malagueños más desorbitantes y con un grado de perturbación autóctona importante, destacó en el universo del realismo mágico malagueño un individuo que, en los años 40, tenía como costumbre inveterada inaugurar todos los servicios públicos de Málaga, ya estuvieran en cines, teatros, pastelerías o tiendas de moda.

Su mayor gesta coincidió con la llegada del general Franco a Málaga, donde tenía que inaugurar alguna cosa en el Puerto. Previendo las autoridades que al Generalísimo le entrara un apretón, instalaron un servicio portátil de madera.

Nuestro individuo, en un arrebato de épica osadía, saltó la noche anterior la verja del Puerto, forzó el reservado servicio y obró en él. Al día siguiente, presumió por toda Málaga de haber hecho de vientre en el váter del Caudillo. Esta gesta, que debería haber quedado inmortalizada con una placa en el hall del edificio de la Autoridad Portuaria, cuenta en nuestros días con variantes más toscas pero que obedecen a un patrón parecido.

Sin ir más lejos, hace unos días en la calle Cárcer algún alma de cántaro depositó una taza del váter en la vía pública.

Lo más inquietante de esta estampa es que, amparándose en la noche, o quizás en alguna tarde solitaria, algún neardentaliense tomó posesión de ella. Imagínense al sujeto, en plena calle y sin posibilidad luego de tirar de la cadena. Los paseantes que al día siguiente descubrieron el nada impoluto sanitario describieron la escena como «un espectáculo dantesco».

Como vemos, hay una línea de continuidad entre estos dos sujetos, aunque sus acciones estén separadas 60 años. En ambos casos, su majaronez fue tan acusada que en este asunto tan escabroso no supieron contenerse. A algunos, por sus obras los conoceréis.

Peces

Si usted frecuenta ese viaje aéreo que le depara por los caminos del mundo Google maps, escriba en esta aplicación de internet la calle Mesonero Romanos de Málaga, en el corazón del barrio de Teatinos y le aparecerá una gigantesca pintada a la derecha con las letras DS, aunque como el dibujo está en la foto en vertical, recuerda el antiguo símbolo del pez de los primeros cristianos.

La pintada se encuentra en el techo de unas instalaciones de Emasa, si bien un servidor ignora si en la actualidad –en la vida real– ha sido ya borrada.

Un poco más abajo tenemos otro pez casi vivito y coleando, el que adorna el techo del Palacio de Ferias y Congresos de Málaga, mecido por las olas plateadas que se forman en la cubierta del edificio (para localizarlo más rápido, escriban la calle Peñista Rafael Fuentes).

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