La clase política es una de las mayores preocupaciones de los españoles. Al contrario que en la Transición, buena parte de los políticos actuales ha convertido esta ocupación, que debería ser temporal, en permanente y no hay quien los eche de las estructuras de poder ni con agua caliente.
Espléndidamente pagados por un trabajo al que no han opositado, a ver quién es el guapo que en plena crisis económica se apea de este confortable burro para ser zarandeado por las implacables leyes del mercado.
Pero no me negarán que en algunos rincones de la administración hay preocupantes bolsas de políticos incompetentes, auténticas nulidades que convierten los sueños de los ciudadanos de Málaga en pesadillas antes de Navidad.
Uno de los ejemplos de incompetencia y mal hacer más llamativos ha sido denunciado por este periódico hasta la saciedad y bien haría en este caso la administración central del Estado por cobrar entrada para que miles de personas vean hasta qué cotas inusitadas puede llegar su ineficacia.
El firmante se refiere, cómo no, al camino sin ley que comunica San José con el jardín botánico de La Concepción, 500 metros de nada que pertenecen a la Red de Carreteras del Estado, una desgraciadísima circunstancia administrativa que está dilatando la urgente reparación de esta vía.
Lo de urgente no es ninguna exageración. El jardín botánico de La Concepción abrió sus puertas hace 17 años y en este tiempo, ningún político de la administración central ha tenido la habilidad, inteligencia, dignidad, paciencia ni sensibilidad suficientes como para llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento de Málaga y acabar con este cochambroso paseo sin aceras, que pone en serio riesgo físico a los visitantes que pretenden ir a pie al jardín botánico (para eso está la línea 2 de la EMT, que termina poco antes del comienzo de este camino).
A mediados de mayo esta sección informó de la venturosa aparición, en medio de este vertedero de 500 metros de largo, de unas pocas farolas, un salto de calidad notable para esta verdadera cloaca olvidada de la red estatal de carreteras.
Sin embargo, las farolas, instaladas a instancias del psiquiátrico vecino han sido retiradas por falta de permiso, así que de nuevo han vuelto a caer la oscuridad y la indiferencia en este rincón de Málaga que tanta importancia turística debería tener y que sin embargo es una verdadera enciclopedia sobre los riesgos de la inseguridad vial.
En 2014 se cumplirán nada menos que 20 años de esta exhibición de pasotismo y ninguneo a la ciudad. No sería mala cosa que el ministro de Fomento del momento, acompañado por el subdelegado del Gobierno de turno, cortaran alguna cinta conmemorativa en el lugar de los hechos.
Dos décadas demostrando que ellos y sus antecesores han sido unos incapaces merecería esta sentida celebración. Pero ciertamente, ¿para qué pasar la vergüenza de otros tres años con los brazos cruzados?
Años pidiendo en la Junta de Distrito de Ciudad Jardin la instalacion de farolas y de pronto nada. Esta claro que por aqui no pasa nadie, al menos a pie, de la Red de Carreteras del Estado, sobre todo cuando oscurece, asi sabria lo que es llevarse mas de un susto con los vehiculos que por ahi pasan. Muchisimas personas del siquiatrico pasan por ahi a diario, familiares, paseantes sin mas, les importa un pito, ahora resultan que no tienen permiso, donde puede verse mayor poca verguenza.